Los canarios de Gettysburg
La compañía del Décimo de Luisiana casi no sobrevivió a la contienda
Los árboles se mecen suavemente en el cementerio de Gettysburg Hill, Richmond, (Virginia). En un océano de hierba recién cortada se alzan miles de lápidas de un mármol limpio acariciado por el sol. Hay un nombre en una de ellas que llama la atención, Antonio López, caído el 3 de julio de 1863 en Culps hill, Gettysburg. Es uno de los muchos españoles de origen canario que participaron en una de las batallas más decisivas de la Guerra Civil norteamericana de la que ahora se cumplen 150 años: la batalla de Gettysburg.
Más información
La mayor parte de los españoles que participaron activamente en la contienda eran canarios, trabajadores emigrantes que combatieron en el bando del Sur. La razón, más que ideológica fue geográfica. Los canarios suponían una nutrida colonia desde que se establecieran en el pueblo de San Bernardo (Luisana) en 1783. Aquellos pioneros, más de 4.000, zarparon de las Islas Canarias en busca de un futuro mejor y subvencionados por la Corona española.
En San Bernardo, prosperaron tras la independencia de los Estados Unidos de Gran Bretaña y la vida fue tranquila hasta que las tensiones sobre la conformación de la Unión en el siglo XIX y el contencioso por la esclavitud abocaron al recién nacido país a una guerra civil y, con ella a los canarios. No se sabe a ciencia cierta cuántos isleños se alistaron en el ejército Confederado pero la mayor parte de ellos pertenecieron al décimo batallón de Luisiana que el propio General Lee denominó los tigres de Luisiana por su valentía en combate.
Jonatán Cabrera es uno de los integrantes de la delegación española y canaria que recrearán la batalla de Gettysburg el próximo 4 de julio en Virginia para celebrar el 150 aniversario. "Los canarios tenían muy buena reputación entre los generales confederados porque hacían los que se les ordenaba y destacaban por su valentía", explica Cabrera quien seguirá los pasos de aquellos canarios embutiéndose en un uniforme gris confederado.
La batalla comenzó, oficialmente, el 1 de julio de 1863. Ese día se reúnen más de 150.000 soldados, 83.289 por parte unionista y 75.054 por la parte confederada. Se lucha centímetro a centímetro en las colinas y el resultado favorece a los unionistas. El coste humano es muy alto y sin precedentes en la historia, las nuevas y perfeccionadas armas siembran los prados de cadáveres de ambos bandos. Las bajas superan los 60.000 hombres en ambos mandos. Los canarios enrolados en el ejército sudista disparaban a las trincheras sin saber que al otro lado había compatriotas. La compañía española Garibaldi de Voluntarios de Nueva York. La compañía del Décimo de Luisiana casi no sobrevivió a la contienda. De los 953 soldados y oficiales que la componían en 1861 solo quedaron 18 en la rendición del SUR el 9 de abril de 1865. Los que pudieron salvarse regresaron a la vida civil pero quedaron en la memoria de los dos bandos, cuando meses después de la batalla Abraham Lincoln pronunciara el histórico discurso de Gettysburg: "Que resolvamos aquí firmemente que estos muertos no habrán dado su vida en vano. Que esta nación, Dios mediante, tendrá un nuevo nacimiento de libertad. Y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la Tierra."
'SER Reporteros' en 'Hora 14 fin de semana': Los canarios de Gettysburg
03:51
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/20130622csrcsrcul_19.Aes/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>