Purito Rodríguez fue el mejor español, tercero, y disfrutó de un día histórico para él. Ha logrado el podio en la tres grandes: Giro, Vuelta y Tour No es difícil hacer la maleta para volver a casa. Acostumbrados a cambiar de hotel y de ciudad cada día, cargar con el equipaje es una de las rutinas de cualquier jornada después del desayuno. Lo diferente es que este lunes lo haremos por última vez. 21 etapas, más dos días de descanso y el tiempo que pasamos en Córcega, tres más, hasta que se puso en marcha esta edición centenaria del Tour. Se notaba el ambiente distendido, relajado y festivo del último día en París. Salimos pronto hacia allí (nos quedaba por hacer la mitad del camino desde Annecy) y tuvimos tiempo de comer por el barrio latino, junto a la fuente de Saint Michel y no muy lejos de Notre Dame, unas horas antes de que se diera la salida a la última etapa, desde Versalles. Joaquín Rodríguez sacó un purito del bolsillo trasero e intentó encenderlo, aunque sólo consiguió quemarse los dedos; Sagan se presentó conjuntado: pelo y perilla verde, como su maillot de la regularidad; brindis del líder con su equipo, con el rey de la montaña y mejor joven, con el propio Sagan. Día de fiesta y de relax, hasta que los sprinters se juegan el último beso en París. Lo mejor de todo fue la fiesta final, con el Arco del Triunfo como protagonista de un espectáculo de luces digno de una ceremonia olímpica. Con París apagado, la Torre Eifel como antorcha de guía y un pasillo de luz a lo largo de los Campos Elíseos, desde el Obelisco hasta la plaza Charles de Gaulle. Froome, impresionado, disfrutaba como todos de un día que lo marcará para siempre. Como nos marcó a nosotros. Hasta el año que viene. «El Larguero» | «Carrusel» | «SER Deportivos» | «Hora 25 Deportes» | «Play Fútbol» | «Play Basket» | Más deportes | Fútbol | Baloncesto | Resultados y estadísticas | Tenis | Fórmula 1