La locura de la isla de la libertad
La historia de este festival nace tras el desmoronamiento de la Unión Soviética y la crisis que arrastró a los países de la órbita comunista. Hungría se quedó sin grandes eventos musicales hasta que un grupo de estudiantes tomó la isla de Óbuda para montar un pequeño festival en 1993. La hermosa jugada les costó años de deudas, Sziget perdió pronto su carácter amateur y se fue llenando de patrocinadores y marcas. Para 1996 contaba con uno de los mejores carteles de Europa al conseguir contratar a Iggy Pop, Sonic Youth, Slash, Prodigy o los Stone Roses. Con el paso de los años todas las grandes bandas han hecho noche a las orillas del Danubio. Su duración se ha ampliado hasta la semana, y del rock se ha pasado a decenas de escenarios donde suena jazz, blues, reggae, músicas de todo el mundo, hard metal, electrónica… Sziget fue creciendo y definiéndose hasta ganar el premio a Mejor Festival Europeo en 2011.
Sziget es un festival que resulta inabarcable donde la gente tira su tienda de campaña en cualquier lado y todo tiene aspecto dejado pero donde se respira un clima especial, un aire de libertad, una libertad que acaba donde empieza la del siguiente. El festival, que este año dura del 5 al 12 de agosto, presenta cada año carteles muy variados, al margen de los grandes grupos (Blur, Nick Cave, Franz Ferdinand o Editors) presenta escenarios perdidos donde se puede escuchar a bandas de todos los rincones del mundo y de decenas de géneros musicales que van desde el blues al reggae. El amplio abanico musical se traduce también en un público heterogéneo con festivaleros que acuden de todas las partes de Europa, bastante españoles, este año actúan Ska-P, el dj Óscar Mulero o La Pegatina.




