Cinco imprescindibles de Mikonos


En pleno archipiélago de las Cícladas, menos de 100 millas al sur de Atenas, se encuentra una de las islas con mayor fama, no solo de Grecia, sino de todo el Mediterráneo: Mikonos. Pese a su merecida reputación como lugar de desenfrenada vida nocturna, no todo es fiesta y descontrol en este hermoso rincón de marcado carácter mediterráneo. Como muestra, os dejamos estos cinco imprescindibles, que no deben pasarse por alto en toda visita que se precie a la "isla del hedonismo".
Mikonos cuenta con un gran número de playas y calas repartidas por toda la isla. Pequeños paraísos de arena dorada y aguas cristalinas que abarcan una amplia gama de tonos azules, convirtiendo el momento del baño en un auténtico placer.
En la parte sur se encuentran las más populares y mejor organizadas, donde las tumbonas y sombrillas de alquiler se entremezclan con los chiringuitos a pie de playa y algún que otro club de lo más selecto. Entre las más recomendables están: Elia, una de las más largas de la isla; Lia, muy cerca del pueblo de Kalafatis; y Platis Gialos, una de las más conocidas. Asimismo, en esta parte sur se encuentran Paradise y Super Paradise, las dos playas más fiesteras de Mikonos.
Las playas del norte son más salvajes, sin duda alguna debido al meltemi, ese fuerte viento seco del norte que de cuando en cuando azota sin compasión esta parte de la isla, haciendo poco apetecible la estancia en la playa. Esto ha provocado que las infraestructuras se hayan desarrollado en menor medida y que muchas playas solo sean accesibles a pie. A su favor tienen la tranquilidad, la paz y el sosiego del que carecen las del sur. Algunos de los mejores exponentes son: Agios Sostis y Panormos.
La capital de Mikonos es una delicia, Hora, Chora, o simplemente Mikonos (ciudad), es extremadamente hermosa. Un simple paseo por sus estrechas y laberínticas callejuelas empedradas justifica la visita a la capital, todo es armonía en Hora. Las buganvillas que decoran las calles empastan a la perfección con las pintorescas casas del pueblo en las que el blanco de las fachadas y el azul de las puertas, balcones, escaleras y ventanas son los únicos tonos que colorean la postal de la ciudad.
Little Venice (la pequeña Venecia) es otro de los lugares marcados como imprescindibles en Hora. Se trata de un conjunto de viviendas que asoman al mar, las olas rompen contra sus fachadas, hay algunos bares y restaurantes, y es un lugar que cobra magia al atardecer. Desde aquí se pueden disfrutar de una de las imágenes más características de la isla, la de los vetustos molinos de viento utilizados en tiempos para moler el trigo y que hoy en día se han convertido en el foco de todos los objetivos a la caza de la foto perfecta.
Precisamente de camino a los molinos se localiza la iglesia de la Santísima Virgen Paraportiani, de un blanco inmaculado, su construcción data de los siglos XV-XVII, y se trata del templo ortodoxo más importante e histórico de la isla.
Mikonos resulta demasiado grande como para recorrerla a pie, pero a su vez es lo suficientemente pequeña como para necesitar un coche. Es una pena que sus continuas cuestas, el fuerte viento y la caótica circulación, no hagan muy aconsejable el uso de la bicicleta. Sin duda alguna, la mejor alternativa para moverse por la isla es la moto o el quad. Las empresas de alquiler han proliferado en esta última década y las posibilidades son muy variadas, sin embargo, no todas buenas.
Antes de salir conviene comprobar la potencia de los vehículos que nos están alquilando para que no nos dejen tirados en alguna de las cuestas con las que nos encontraremos a lo largo del recorrido, algo que sucede con más frecuencia de lo que debería.
Una vez comprobado el buen estado del vehículo ya solo queda disfrutar, aunque sin bajar la guardia; el tráfico es bastante enmarañado en algunas zonas, las carreteras son estrechas y los griegos tienen una forma de conducir bastante peculiar.
La cocina griega es una de las mejor consideradas del mundo. A las excelentes ensaladas griegas con queso feta, cremosos yogures con miel, crujientes moussakas, sabrosos souvlakis y variada selección de mezzes, hay que añadir los excelentes pescados y mariscos que se pueden saborear en las islas griegas, destacando los pulpos y calamares.
En Mikonos se come muy rico y saludable, existe una buena cantidad de restaurantes repartidos por toda la isla; que van desde lo más selecto y prohibitivo, a tabernas de toda la vida llenas de encanto con precios más que asequibles. En todos ellos suelen servirse productos locales frescos y de primera calidad.
Dos de los platos más recomendables en toda visita a Mikonos son los espaguetis con langosta y las brochetas de pez espada.
La fiesta se ha convertido en la seña de identidad de Mikonos. La isla no para de recibir a diario ferrys y aviones cargados de hordas de jóvenes ávidos de diversión y desenfreno al ritmo de la música dance y techno. La oferta de bares, discotecas y chiringuitos de playa no decepciona en absoluto. Sin llegar a ser Ibiza, en Mikonos la fiesta también dura 24 horas.
Durante el día, los amantes del hedonismo encuentran su refugio en los “beach clubs”, es decir, una mezcla entre chiringuito y discoteca al aire libre pegada a la playa en las que los Dj´s pinchan música constantemente. Los que suelen estar más concurridos son Tropicana y Paradise, en Paradise Beach; Jackie O’ en Super Paradise Beach; y Kalua, en Paranga Beach.
Las noches y madrugadas de Mikonos son para los clubes y las grandes discotecas, en total la isla cuenta con cerca de veinte –sin contar los bares-. De entre todas ellas hay tres a las que todo buen amante de la fiesta no debe dejar de ir: Cavo Paradiso, la que cuenta con mayor fama a nivel internacional, por la que no dejan de pasar los DJs más cotizados ; Space, que se localiza en pleno centro de Hora; y Skandinavian Bar, un clásico de las noches de Mikonos y que lleva abierta desde 1978.
Content not defined




