Los estudiantes piden no confundir derechos con limosnas

Los estudiantes consideran bienintencionada la propuesta de los rectores de que particulares o empresas "apadrinen" a alumnos sin recursos pero opinan que esas fórmulas no pueden suplir la responsabilidad de los poderes públicos. Dicen que antes que limosnas necesitan un sistema de becas justo y unas tasas proporcionadas a la situación de crisis

La propuesta de "apadrinar" estudiantes universitarios sin recursos, lanzada por la presidenta de la CRUE, Adelaida de la Calle, ha desatado una catarata de reacciones en el mundo educativo, político y sindical. Los primeros afectados, los estudiantes, no ven con malos ojos que pueda haber iniciativas solidarias que contribuyan a paliar los efectos de la crisis, pero dejan claro que esas fórmulas ni pueden ni deben suplir la obligación y la responsabilidad de los poderes públicos.

"Aunque es encomiable cualquier aportación solidaria, está claro que no podemos pasar de un sistema de derechos a otro de beneficencia, en el que parece que el alumno con pocos recursos recibe limosnas para estudiar", ha señalado a la Ser, Fidel González, de la Federación de Estudiantes Progresistas (FAEST). "Consideramos que es Wert el que debería "apadrinar" a los alumnos a los que ha dejado tirados con su tasazo y con su tijeretazo en becas".

Opinión parecida tiene Inés Sánchez, de la Coordinadora de Estudiantes Universitarios CREUP. "No veo mal la iniciativa pero siempre que se trate de un recurso añadido y temporal, porque claramente se trata de un parche y no es una solución definitiva. No creo que deban ser los particulares ni las empresas las que tengan que financiar el acceso de los estudiantes a la educación que, en definitiva, es un derecho".

"Pagamos impuestos para recibir servicios públicos, no limosnas"

En general los estudiantes aseguran que la situación debe resolverse mediante un sistema de becas justo que no lesione la igualdad de oportunidades, perjudicando a quienes tienen menos recursos económicos. Es el caso de Jonathan Deanta, un estudiante zamorano que se ha quedado a una décima del 5,5 exigido para optar al menos a una beca de matrícula. "Sin beca mi familia no puede afrontar el gasto de los 1.700 euros que cuesta la matrícula universitaria. Y no creo que si un estudiante no tiene dinero tenga que pedírselo a otra persona, sino que es el estado el que debe garantizar ese derecho a la educación, ya que para eso sirven los impuestos que con mucho esfuerzo pagan nuestros padres".

De momento, Jonathan se ha matriculado en Ingenería Informática en Sistemas de Información a la espera de conseguir una de las becas propias del gobierno de Castilla y León. "Es mi última posibilidad, sé que empiezo el curso, ya que como solicitante de beca no tengo que desembolsar ahora el precio de la matrícula, pero si no consigo una de esas becas autonómicas, simplemente me temo que no podré acabar el curso y tendré que dejar los estudios".

Para el portavoz socialista de Educación, Mario Bedera, la propuesta "creativa" de la CRUE evidencia la desesperación que cunde en el mundo universitario ante casos de alumnos que están quedando fuera del sistema ante la falta de sensibilidad social del Gobierno, pero recuerda que "no es obligación de la sociedad resolver estas necesidades sino que es obligación de los poderes públicos que para eso están".

También la Federación de Enseñanza de UGT ha señalado que la propuesta "no ofrece una solución global y se acerca más a lo que podríamos denominar caridad que a la justicia social".