Nada cambia para el PSOE

Era un día importante para el PSOE. Rubalcaba iba a marcar la estrategia que deberán seguir este curso los diputados y lo iba a hacer, además, con un discurso en abierto para que llegara a oídos de todo el mundo. La idea que Rubalcaba transmitió a los suyos es que tienen que "recrudecer" su oposición contra el PP. Por su "involución social" pero, en especial, por Bárcenas y la corrupción. Y en eso, después de haber cargado contra el PP, llegó el auto de Alaya.

Manuel Chaves, presente en la sala, salió acompañado del también andaluz Gaspar Zarrías, hombre de su confianza. Rubalcaba dio la noticia al resto y se empezaron a escuchar los comentarios que la mayoría de los dirigentes del PSOE mantendrían en privado toda la jornada: que el auto presenta serias dudas jurídicas y que ni Chaves ni Griñán estaban imputados.

Esa es la versión oficial que a última hora de la tarde dio la portavoz parlamentaria, Soraya Rodríguez: que no hay imputación ni la juez ha iniciado el procedimiento para ello, "que se ha generado una imputación mediática" que afecta "gravemente a la reputación" del presidente y el ex presidente del PSOE en quienes el partido mantiene un gran "depósito de confianza" porque son, dijo, personas "honestas".

Pero más allá de criticar, otra vez, la actuación de la juez -muchos hablan de "despropósito"- en el PSOE reconocen también que Chaves y Griñán quedan afectados y que esta miércoles, cuando Rubalcaba pregunte por Bárcenas a Rajoy en la sesión de control -el primer control al que se somete el presidente en dos meses- el presidente podrá agarrarse al caso de los ERE.