Muchos goles y poco juego del Madrid ante el Galatasaray

El Madrid inicia su nuevo asalto a la Décima con muchos goles, poco juego y algo de picante, el que puso el destino en el camino de Casillas, que tuvo que abandonar el terreno de juego a los diez minutos de partidos dolorido del costado tras un choque con Sergio Ramos. Cristiano (3), Benzema (2) e Isco firmaron los seis goles madridistas (1-6) en el Ali Sami Yen.

Pasó que Ancelotti decidió poner a Casillas en la 'Champions' porque "por su experiencia y seriedad" se lo merecía y porque pensó que así se amainaría el vendaval que se levantó el primer partido de Liga cuando se decidió por Diego López. Pasó que, 238 días después, el capitán volvió a ponerse el brazalete. Y quiso el destino que pasase lo mismo que hace 238 días. Que Casillas se marcharse del terreno de juego lesionado. Aquella vez fue una desafortunada patada de Arbeloa. Ésta, el 'agresor' fue su amigo Sergio Ramos.

Al capitán se le torció el gesto cuando se dio cuenta de que ese golpe en el costado le iba a mandar de nuevo al banquillo. Apenas se llevaban diez minutos de juego cuando el partido terminó para él. No sabemos si Casillas cree en el destino, pero quizás deba plantearse que, si existe, no está de su parte.

No le costó mucho a Diego López acostumbrarse de nuevo a los guantes. Sacó, cuando apenas llevaba dos minutos en el campo, una a Felipe Melo. Y se estiró como un chicle a la media hora de partido para despejar un cabezazo ajustadísimo al palo izquierdo del meta gallego. De nuevo Diego López en plan salvador, como en El Madrigal el pasado sábado.

El Galatasaray dominaba en juego y ocasiones a un Madrid gris y muy espeso, que no tenía muy decidido si prefería atacar en estático o al contragolpe. Fue una genialidad de Isco, otra vez Isco, lo que despejó el horizonte. Un pase lejanísimo de Di María - que esta vez ocupó el costado derecho en lugar de Bale-, fue controlado por el malagueño de manera magistral para acomodársela a su pierna derecha, con la que ajustó la pelota al palo derecho de Muslera, que tan sólo pudo seguir la bola con la mirada. Cuando Isco saca el violín, el Madrid es más melódico.

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En el paso por vestuarios Drogba, dolorido también en el costado por un choque con Pepe en el descuento del primer acto, se quedó en la caseta. La segunda mitad el Madrid mató a los turcos, ya menos hambrientos y con la defensa agujereada. A los diez minutos marcó Benzema el segundo de los blancos. El tercero lo hizo Cristiano.

Con el partido resuelto - a falta de 30 minutos el marcador era de 0-3 - Ancelotti decidió probar a Bale y a Illarramendi, que entraron por Isco y Modric respectivamente. Y cayeron más goles. El cuarto fue de Cristiano, el quinto de Benzema. Y el sexto, de nuevo de Ronaldo, que no encontró mejor manera de celebrar su renovación hecha oficial el pasado domingo que a base de goles.

El Madrid endosó una sonora goleada a un Galatasaray que fue de más a menos y que terminó en nada. Su único gol lo hizo Bulut cuando los blancos ya habían hecho cinco. Esa media docena de goles es un premio demasiado abultado para un Madrid que aún está muy verde, al que le faltan ideas en la media y consistencia en la retaguardia pero presume de pegada.

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