La juez Coro Cillán condenada a 15 años de inhabilitación por prevaricación
Se trata de un delito continuado de prevaricación por favorecer a un amigo íntimo al precintar en 2011 la discoteca madrileña Moma
La juez, conocida por reabrir el caso del 11-M se enfrentaba a la petición de que se la inhabilitara durante veinte años para ejercer como magistrada
En la sentencia, los magistrados condenan a la juez a una multa de 18 meses y un día por una cuota de 15 euros y a la citada inhabilitación.
En el juicio, Coro Cillán aseveró que acordó precintar la discoteca Moma en septiembre de 2011 a raíz de la denuncia de uno de los socios para evitar que se produjera otro caso como la muerte del joven Álvaro Ussía, quien falleció en 2008 a manos de un portero de El Balcón de Rosales.
Cillán, conocida por reabrir el caso del 11-M o llevar la investigación del 'caso Ussía', se enfrentaba a la petición de que se la inhabilitara durante veinte años para ejercer como magistrada. Finalmente, se han quedado en 15 años.
El TSJM sostiene que Cillán cometió ese delito, ya que dictaminó varias resoluciones injustas. Así, menciona el auto de precinto del local y la resolución en la que nombraba un administrador.
Uno autos que no eran sostenibles jurídicamente, según el tribunal madrileño y añade que no cumplían los mínimos parámetros de motivación.
En el auto de procesamiento, el máximo tribunal madrileño ya apreció la existencia de elementos típicos del delito continuado de prevaricación. Por ejemplo, señalaba como conducta irregular que la juez implantó una administración judicial respecto a unos locales en los que ni consta ni se denuncia la comisión de hechos delictivos, sino una controversia entre sus titulares.
Además, tachaba de escandaloso que la juez nombrase a un administrador judicial de esa discoteca sin debate ni reflexión ninguna y por una providencia le reconociera seis días más tarde una retribución mensual de 18.000 euros.