El trombonista que inventó el funk
Había pocas posibilidades de que este hombre no fuese músico. "En mi casa siempre hubo música, fue divertido crecer así", explica en trombonista. Fred era nieto de una profesora de piano, que le enseñó los secretos de las teclas a los tres años, e hijo de un músico profesional, líder de una big band de notable éxito en los años cuarenta. "Aprendí a tocar el piano muy pequeño y esos eran mis juguetes", aclara Fred. Un día el señor Wesley llegó a casa con un trombón y le prometió a su hijo que si aprendía a tocarlo le dejaría entrar en su banda. "Tenía unos diez años y a los trece ya tocaba con él", presume el estadounidense. Eligió el trombón porque era la época en la que brillaban grandes sopladores como Miles Davis o Charlie Parker, aunque la música que entonces apasionaba al joven Fred era el blues. "Mi próximo disco es de blues, es mi forma de cerrar el círculo y volver a la música de mi infancia", confiesa Fred entre el ir y venir de los platos y las voces de las terrazas. El músico se muestra afable, sonríe y acepta que le roben tiempo de la cena previa a su actuación en el Tempo Club de Madrid.
La carrera de Fred Wesley está repleta de discos, géneros y colaboraciones, como su etapa en Parliament, que le han alzado a la categoría de leyenda. "Me siento orgulloso de muchas de las cosas que he hecho, del reconocimiento que me dan los músicos". De toda esa obra, Fred se queda con un único disco. “Me quedaría con uno pequeño. ‘To someone’ es un disco poco conocido que edité en 1988 con grandes músicos, tengo muy buenos recuerdos de aquella grabación y de aquel sonido”, aclara el trombonista.
El tiempo vuela junto a este veterano músico, un hombre que figura en los libros de texto de la historia musical y que durante años ha sido profesor de música en la University of North Carolina de Greensboro. Ahora ejerce de profesor itinerante en distintas facultades, compartiendo su talento, el legado de una estrella humilde que ha dejado su huella en la historia de la música.




