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FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES | JUVENTUS 2 - REAL MADRID 2

El Real Madrid despierta a tiempo en Turín

La Juventus ruboriza al Madrid en la primera parte, pero los blancos se rehacen con su pegada habitual (2-2)

Los delanteros Bale y Cristiano Ronaldo celebran el gol del galés ante la Juventus de Turín(REUTERS)

Si el fútbol es un estado de ánimo, el Madrid destila alegría en su delantera e intranquilidad en la línea defensiva. En el carrusel de cambios que maneja Ancelotti hoy le tocó su turno al lateral derecho. Pero no a uno, sino a los dos. Si el técnico italiano entiende que ni Arbeloa ni Carvajal tienen fútbol para citas de primer nivel como la de esta noche, el Madrid tiene un problema. El cambio implicaba colocar a Ramos por la banda y apostar por la pareja Pepe-Varane, un parche que no oculta las dudas atrás | Repasa las estadísticas del partido.

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En la cuna del fútbol defensivo, de los tres centrales, del juego duro, de las dos líneas de cinco, Juventus y Madrid intercambiaron papeles. El 'catenaccio' preguntó por la 'Vechia Signora' y ésta, tapándose los oídos, entonó su canto de sirena. Con Pirlo al 'calcio' se juega con gusto. Y no hay mejor trovador en Italia que el medio de la Juve. Con criterio y una marcada personalidad, el centrocampista transalpino se dispuso a afinar las líneas de su equipo y lo consiguió con creces.

Después de dos disparos de Bale y Ronaldo, el del portugués cruzado y con la peor intención del mundo, el Madrid se deshizo en mil partículas. La portería de Buffon se alejaba, metro a metro hasta desaparecer del mapa blanco. Una distancia insalvable. El castigo de la Juventus se estaba empezando a parecer a una tortura, con los cables fundidos de un Madrid que veía como el esférico estaba imantado en las botas de los italianos.

Cuestión de tiempo que llegasen las oportunidades más claras. La primera, tras un gran centro con el exterior de Pogba, llegó en un fallo de Pepe. Casillas con sus habituales reflejos salvo la jugada y miró contundente al central blanco en busca de un rival. Pero solo vio a Pepe. Al equipo español le duraba muy poco el balón y Alonso pedía a gritos un cambio: coherencia. Las palabras revoloteaban y se perdían entre el alboroto del público, que jaleaba a la Juventus, sin hacer su efecto. El Madrid representaba a la perfección el histórico fútbol de la selección 'azzura', con el patadón en largo y un bloque pensado para crear pero que se dedicaba a destruir.

Tévez, el jugador más en forma de Conte, cambió su registro. Dejó su labor de finalizador para servir centros a sus compañeros y dar empaque a la distribución de Pirlo. En un gran envío, Marchisio remató la asistencia pero apareció el único jugador del Madrid que se fue a los vestuarios con una nota por encima del deficiente. Casillas sacó una pierna que solo él es capaz de sacar. Una jugada inverosímil a la altura de un gol brillante.

Al juego italiano se sumó Vidal con un disparo comprometido para Iker. Mala señal para los intereses del Madrid que recibió la estacada cuando ya estaba pensando en los vestuarios. A cinco minutos del descanso Varane, un central ejemplar, derribó a Pogba en el área. Sin quererlo cometió la pena máxima, para que Tévez marcara las diferencias desde el punto de penalti. Pese al gol, el descanso era una bendición que Ancelotti se iba a encargar de perturbar.

Pero el fútbol no ofrece concesiones ni vidas extra. Incluso aunque le hayas brindado cuarenta y cinco minutos de un fútbol exquisito, te apuñala. El fútbol no entiende de amores prolongados, su cariño es efímero y cuesta ganarlo. Diez minutos de buen juego necesitó el Madrid para darle la vuelta al encuentro, mientras la Juventus se sentía engañada después del amor profesado en la primera parte.

Ronaldo y Bale fueron las flechas que cupido, sin remordimientos, se encargó de mandar al corazón de todos los aficionados de la Juve. El portugués está en estado de gracia y en el mano a mano con Buffon o con quien sea es impensable que perdone. Más novedoso es el gol de Bale, no por sus últimas actuaciones que están mejorando, sino porque el tanto lleva su sello particular. Control en la frontal, amago hacía fuera, postura escorada para encontrar el perfil bueno y latigazo incontestable con su zurda. Una jugada inédita con la camiseta merengue.

Una historia tantas veces contada que por repetida no deja de ser cierta. El Madrid con muy poco se basta y sobra para destrozar a sus rivales. Con muy poco o con mucha pólvora, según se mire. El conjunto español como si debiese algo a cambio, empezó a formular un nuevo fútbol, esta vez sí, bien enfocado. Con Xabi Alonso de única bisagra, trallazo al larguero incluido, los de Ancelotti mejoraron su imagen hasta que llegó la bofetada local. Cuando más postrada estaba la 'Vechia Signora' llegó el gol de Llorente, en otro fallo inexplicable de Varane que perdió la marca. El ariete español cabeceó a la red y puso las tablas en el momento de mayor desencanto blanquinegro.

Los últimos veinte minutos transitaron entre una calma tensa con dos equipos que veían con buenos ojos el resultado. Tiempo que utilizó Casillas no para reivindicarse, al contrario, para disfrutar de los minutos que le dejan sobre el campo. Con ayuda de Pepe en dos disparos de Marchisio, siguió acumulando paradas de mérito ante Tevez y Quagliarella. Benzema tuvo la oportunidad de sentenciar, pero el Madrid a esas alturas entendía el punto sacado como un premio en Turin. Un regalo que le coloca a medio paso de los octavos.

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Gol de Tévez (Juventus 1 - Real Madrid 0)

Gol de Cristiano Ronaldo (Juventus 1 - Real Madrid 1)

Gol de Bale (Juventus 1 - Real Madrid 2)

Gol de Llorente (Juventus 2 - Real Madrid 2)