Ocio y cultura

Delhi, el dulce caos de la India

Si buscáramos la palabra "caótica" en el diccionario no sería para nada extraño que una foto de Delhi ilustrara la definición. Porque la capital de la India es la madre de todos los caos. Y aún así sigue siendo un excitante destino viajero como pocos, que posee valiosos lugares dentro de su inabarcabilidad. Además del ir y venir de rickshaws, vacas cruzando la calle y más gente de la que nos podamos imaginar, Delhi tiene infinidad de pedacitos de un pasado glorioso, sus propias mil y una noches.

Muchas veces la metrópoli de Delhi es la puerta de entrada (y de salida) a India. Y, aunque muchos viajeros la utilizan como mero enlace, tiene rincones que merece la pena no perderse por nada del mundo.

Hemos hecho una selección de imprescindibles con los que disfrutar de la ciudad y demostrar que esta locura habitada por muchos millones de personas es capaz de derretir el corazoncito de cualquier viajero que se precie.

EL FUERTE ROJO

La monumentalidad del que fuera el palacio de la antigua ciudad musulmana de Shahjahanabad (ahora Delhi) está fuera de toda duda. Nombrado Patrimonio de la Humanidad en 2007 es uno de los símbolos de la grandiosidad de la capital india, que en el siglo XVII fue Agra quien le entregó el relevo. Sus pabellones y jardines nos hacen olvidarnos del tráfico de ahí fuera, a tan sólo unos metros de la entrada. Las puertas y muros de arenisca roja son la pátina de lo mejor de Delhi, aunque si hay un edificio capaz de entusiasmar al viajero es Moti Masjid, la mezquita de mármol blanco y tres preciosas cúpulas de cebolla coronando la construcción religiosa.

LA MEZQUITA DEL VIERNES

Más de 500 artesanos de todo el Imperio colaboraron con la construcción de la Jama Masjid o, lo que es lo mismo, la mezquita del viernes, destinada a ser la más importante de la ciudad. Con capacidad para albergar a más de 25.000 fieles, estando entre las más grandes de todo el país, se convirtió en otra de las obras maestras del mismo Emperador que encargara la construcción del Taj Mahal (Shah Jahan). Y cierto parecido tiene su pabellón central a los de los extremos del Taj, aprovechando el uso del mármol y la piedra arenisca roja que encontramos justo enfrente, en el fuerte rojo.

Muy recomendable mezclarse con la gente y buscarse la manera de terminar en lo alto de uno de sus minaretes, algo que se puede hacer sin ninguna dificultad. Las vistas lo merecen.

LAS TIENDAS Y PUESTOS DEL ALOCADO CHANDNI CHOWK

Sin salir de la zona en la que se encuentran el Fuerte Rojo y Jama Masjid nace un bazar que indescriptiblemente roza el desequilibrio más absoluto. Hablamos de uno de los mercados tradicionales de la ciudad en los que hay que buscar entre puesto y puesto, fijándose en lo variopinto del personal que comparte la calle contigo. Es Delhi en toda su definición...

RAJPATH Y LA PUERTA DE LA INDIA

Añadimos a Delhi el adjetivo de "Nueva" cuando vemos que la avenida más importante de la ciudad tiene poco que ver con Chandni Chowk y todo lo que se precie de las profundidades de la ciudad vieja. Hablamos de un bulevar kilométrico, ancho y arbolado que trata de versionar a las avenidas principales de las grandes capitales del mundo, allá donde nacen las celebraciones (el 26 de enero, día nacional de India, reúne a millones de personas) y símbolos patrios como la Puerta de la India o varios edificios gubernamentales.

Un desfile en Rajpath es algo más que un desfile. Y pasar por allí es Ley en la ciudad.

TEMPLO DE LOTO

No todo en Delhi está guardado por los siglos sino que también hay espacio para la modernidad y la vanguardia, aunque tenga que ver con temática religiosa. Y si no, como muestra un botón... el Templo de Loto, Casa de adoración Bahá'í, galardonada con los más grandes premios de arquitectura y que ha superado desde su creación en 1986 los 50 millones de visitantes, algo a lo que en el país ha llegado tan sólo el Taj Mahal. Una flor de loto con 27 grandes pétalos de mármol justifica cuanto menos una visita a la India del Siglo XXI.

LA TUMBA DE HUMAYUN

El padre del Taj Mahal es la Tumba de Humayun, ya que se dice que desde su diseño nació una de las nuevas 7 maravillas del mundo. Pero este mausoleo de rey mogol no cuenta con tanta fama o número de turistas. Por eso se puede decir que es uno de los rincones más hermosos de la ciudad sin discusión alguna. La perfección estética del mausoleo, con la simetría y belleza a la que nos tienen acostumbrados los mejores artistas mogoles, hace de esta una visita ineludible en la capital india. En la tumba de Humayun no cabe la decepción.

QUTAB MINAR

Dentro de un complejo arqueológico islámico que cuenta con más de ocho siglos de antigüedad, a las afueras de Nueva Delhi (1 hora de viaje desde el Fuerte Rojo) está otro de esos monumentos irresistibles. Y si no, no hay más que observar de arriba a abajo, con detectivesca minuciosidad, un minarete asombrosamente esculpido. El más alto de los construidos en ladrillo, con 72,5 metros, los cuales están tallados con todo detalle, requiere una escapada para darse cuenta que esta ciudad es poseedora de maravillas como esta (que también es Patrimonio de la Humanidad).

Y estos son algunos ejemplos de que en Delhi también cabe la poesía. Aunque su caótica prosa también nos entusiasme a muchos viajeros, que dentro de la dicotomía amor/odio a India nos decantamos por la primera opción.

Aprovecha tus vacaciones y lánzate a conocer un mundo nuevo lleno de sorpresas increíbles en Nueva Delhi y la India. Un cultura riquísima, apabullantes monumentos, una naturaleza bellísima y todo un país en el horizonte por descubrir. Todo un subcontinente te está esperando, ¿te lo vas a perder?

 
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