La marca España no despega
El príncipe Felipe no ha podido realizar una expedición a Sao Paulo, que tenía como objetivo abrir negocio, por una avería en el Airbus en el que iba a viajar
El Boeing de la Fuerza Aérea Española tenía que despegar a la una y diez de la madrugada con destino Brasil. El príncipe Don Felipe encabezaba la expedición que tenía como objetivo abrir negocio para España en ese país latinoamericano. Brasil es ya la sexta economía del mundo y atrae muchas inversiones en infraestructuras debido a los dos acontecimientos deportivos que prepara: el mundial de futbol y los próximos Juegos Olímpicos.
Más información
Pasada la medianoche el príncipe, la tripulación, la delegación gubernamental y los periodistas ya habíamos embarcado. Por megafonía nos comunicaron las habituales normas de seguridad. Pasaban los minutos y el avión no despegaba. Después de una hora de espera llegó un nuevo anuncio: "Tienen que abandonar el aparato por un fallo técnico". Un fallo de origen desconocido para todos los que estábamos en el avión.
Bajamos del aparato y nos llevaron al pabellón de autoridades de la base militar de Torrejón. Pasaban las horas, en torno a las cuatro de la madrugada recibimos la primera información. El responsable de comunicación de la casa del rey nos dijo: "Se ha localizado el fallo. Está en un sensor que provoca un cortocircuito en el flap del ala izquierda". La palabra "flap" no nos sonaba nada bien y más de uno comentó que si fuera un vuelo comercial después de oír lo del flap no subía al avión.
La fuerza aérea española sólo dispone de dos Airbus gemelos para el traslado del gobierno, el jefe del estado, la familia real y otras autoridades. El primero está en revisión, en las instalaciones de Airbus en Getafe. El segundo era el que estaba sobre la pista y habíamos tenido que abandonar.
A la búsqueda de soluciones, los técnicos se desplazaron hasta Getafe para traer la pieza que fallaba. La trasladaron a Torrejón. Los mecánicos, técnicos, e ingenieros trabajaron toda la madrugada para instalarla en el avión que debía salir rumbo a Brasil pero todos los esfuerzos fueron inútiles. La decisión final fue que el apaño no era seguro y por lo tanto se desestimó el viaje del príncipe Don Felipe a Sao Paulo.
La cara del comandante cuando se acercó a darnos la noticia ya anticipaba que el avión no iba a salir. Durante las siete horas que el aparato permaneció en la pista el príncipe y la tripulación permanecieron a bordo. Tras conocer la decisión final Don Felipe se acercó a la sala de autoridades del aeropuerto para despedirse y dijo textualmente: "es la primera vez que me pasa y ya tengo unos añitos".