Este curso la matrícula en primer y segundo ciclo de educación infantil se ha reducido en casi 14.000 alumnos. Es la primera vez que se registra un descenso en la escolarización de menores de seis años después de una década de incremento sostenido. Detrás de la caida no sólo hay razones de descenso demográfico sino también socioeconómicas. Las familias denuncian que los recortes y la falta de ayudas han convertido las escuelas infantiles en un artículo de lujo para muchos ciudadanos. «Era un servicio caro pero accesible que se ha convertido en un servicio más caro y directamente inaccesible para una gran mayoría». Lo asegura Pepa Alcrudo, de la Plataforma por la Educación Infantil 0-6, que denuncia que desde el comienzo de la crisis «se ha reducido entre un 10 y un 20% la oferta de aulas disponibles para la escolarización infantil». El fenómeno comienza a aflorar en las estadísticas oficiales. Este curso, los datos de matrículación del ministerio de Educación certifican una reducción de 13.800 alumnos en la etapa infantil (casi 5.000 en el primer ciclo, de 0 a 3 años y de cerca de 9.000 en el segundo ciclo para alumnos de entre 3 y 6 años). Porcentualmente es un descenso pequeño (-1,1%) pero resulta significativo porque rompe una tendencia al alza que se había mantenido en la última década. El curso pasado la etapa infantil sumó 40.000 alumnos más con un incremento superior al 5% entre los niños menores de tres años. El descenso demográfico comienza a pasar factura pero no es el único motivo. «Las tasas han subido tanto en muchos sitios y las ayudas se han recortado tanto que muchas familias desisten de escolarizar a sus hijos en esta etapa o los tienen que sacar de la escuela», explica Alcrudo. Una realidad tristememente cotidiana para madres como Verónica Huerta, cocinera en paro de 35 años. Su hijo de 13 meses llevaba apenas un mes en una escuela infantil pública de Madrid cuando su marido se quedó también sin trabajo. «Nos costaba 165 euros que ya no podíamos pagar, así que tuve que sacar al niño», explica. «Justo cuando más necesario sería contar con ayudas por la crisis, más te recortan. No es sólo que hayamos tenido que renunciar a una escolarización temprana en la que creemos sino que si tenemos que estar con el niño no podemos salir a buscar trabajo. Mi marido y yo nos tenemos que turnar para ir a entregar currículos o acudir a cursos o entrevistas de empleo», se lamenta Verónica que es tajante al asegurar que «las escuelas infantiles se han convertido en un lujo sólo al alcance de quienes tienen dinero». La Plataforma por la Educación Infantil 0-6 alerta sobre la «práctica defunción» de esta etapa en la nueva ley de Educación. «No se potencia la escolarización infantil y se desprecia y margina como etapa educativa», asegura Pepa Alcrudo que también denuncia la creciente externalización de un servicio que sufre a diario los recortes. «Es la pescadilla que se muerde la cola. Por un lado las familias no pueden pagar y sacan a sus hijos, y por otro, al contar con menos alumnos las escuelas cierran aulas y de paso se ahorran en personal, ya que se concentran más niños en cada clase, atendidos por menos profesionales. Además, muchos ayuntamientos se han quedado sin recursos y, o no pagan o se demoran durante meses a la hora de financiar estas escuelas. Y en consecuencia muchos profesionales se están quedando sin trabajo. Calculamos que se han podido perder unos 2.000 empleos en el sector».