Hollande da la cara tras el escándalo de su presunta infidelidad

La sala a rebosar, máxima expectación, aparece el presidente de la República francesa, Francois Hollande, presuntamente infiel. La primera, en la frente. La pregunta es la siguiente: "¿Valerie Trierweiller sigue siendo hoy primera dama de Francia?" Al principio se ha puesto de canto. "Todos pasamos momentos difíciles en nuestra vida personal. Es nuestro caso. Son momentos dolorosos. Pero tengo un lema: los asuntos privados se tratan en privado", ha dicho. Al final ha tenido que entrar al trapo: su pareja, bien, gracias. "Está descansando y no tengo nada más que comentar", ha explicado. Su seguridad siempre ha estado a salvo y no demandará a la revista, pero su indignación es total. Su as en la manga era otro: la mayor reforma del Estado en décadas: menos impuestos, una reducción del gasto sin precedentes... Un presidente en apuros que gira el timón. Otro socialista que pasa por el aro de la austeridad.