Los artistas del siglo XX vistos por el objetivo de Michel Sima

Michel Sima inicio sus trabajos como escultor con los grandes artistas de los años 20. Tras pasar tres años en Auschwitz, por su condición de polaco judio, se reencontró con Picasso quien le invitó a fotografiar las escenas cotidianas de los artistas. De esta forma inició un trabajo que ahora recoge más de un centenar de instantáneas que repasan los momentos más íntimos de los artistas mas importantes del siglo XX.

Llega a Valladolid, a la sala de exposiciones de San Benito, la muestra "Michel Sima. La intimidad de los artistas".

La muestra, que se presenta en Valladolid, por primera vez en España, presenta una selección de más de un centenar de imágenes, que te permiten entrar en el estudio de Picasso, o interrumpir a Matisse mientras está con una modelo o ser testigos de una partida de ajedrez entre Marcel Duchamp y Man Ray. "Como si estuviéramos con todos ellos, participamos en momentos íntimos de los artistas más importantes del siglo XX", según indicaba María Toral, comisaria de la exposición.

Grandes artistas como Giacometti, Braque, Utrillo, Derain, Roualt, Chagall y así hasta un total de cuarenta y cinco nombres son los protagonistas de estas fotografías. Un legado que Sima ejecuta en una veintena de años, ya que en 1967 se reencuentra de nuevo con su verdadera pasión, la escultura, que ya no abandonaría hasta su muerte.

Esta muestra supone una ocasión única para entender mejor una época pasada gracias a la mirada sutil de Michel Sima. El trabajo de este artista polaco constituye uno de los testimonios fotográficos más importantes del siglo pasado.

La escultura era la verdadera pasión de Michel Sima. Por eso se trasladó a París en la década de los años veinte para cursar estudios en la academia La Grand Chaumière. Pronto entraría en contacto con todos los artistas que se juntaron en la capital francesa esos años formando parte de la llamada Escuela de París. De esa amistad salieron las instantáneas de Sima entorno a la actividad artística de los grandes pintores de la época.

Su mejor año fue 1942 pero su vida artística se truncó al ser detenido por los nazis por su origen judío polaco. Estuvo en el campo de concentración de Auschwitz durante tres años y tras su puesta en libertad su estado físico le apartó de las grandes esculturas y encontró en la fotografía su refugio volviendo a contactar con los artistas que conoció en Paris. Es entonces cuando surgen las imágenes, algo más de un centenar, que pueden verse en la sala de San Benito.