Obama anuncia límites al espionaje

El presidente de EEUU, Barack Obama, restringirá la capacidad de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, en sus siglas en inglés) para recoger masivamente los datos de las llamadas de teléfono de los ciudadanos y prohibirá el espionaje a líderes extranjeros.

"Las reformas que propongo hoy deberían dar a los estadounidenses una mayor confianza en que sus derechos están siendo protegidos, incluso mientras nuestras agencias de inteligencia mantienen las herramientas que necesitan para mantenernos seguros", dijo Obama en un esperado discurso para responder a las críticas tras las revelaciones del programa de espionaje hechas por Edward Snowden.

Obama exigirá a las agencia de inteligencia que obtengan permiso de una corte secreta (FISA, en sus siglas en inglés) antes de acceder a los datos de las llamadas de teléfono de los estadounidenses y pedirá al Congreso que estudie alternativas a que sea el gobierno quien las almacene.

En su discurso, el presidente ha intentado responder a las preocupaciones de los defensores de la privacidad y de las agencias de inteligencia. Ha insistido en que las agresivas prácticas de la NSA no han supuesto un abuso de su autoridad y que en muchos casos han sido necesarias para proteger la seguridad tanto de ciudadanos estadounidenses como extranjeros. Pero añadió que entiende el argumento de los que dicen que la tecnología está permitiendo a las agencias de inteligencia espiar a la gente de forma que generan preocupaciones sobre libertades civiles. "Nuestra libertad no puede depender de las buenas intenciones de quienes están en el poder, sino de la ley que restringe este poder", añadió.

Obama ha prometido que EEUU no espiará a los líderes de los países aliados, lo que según fuentes de la administración se aplica a decenas de mandatarios internacionales. Con este paso se intenta suavizar las relaciones con Alemania después de que saliera a la luz que la NSA había controlado las llamadas de la canciller Merkel. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, pospuso una visita de estado a Washington para protestar por las tácticas de EEUU. "Los líderes de nuestros amigos cercanos y aliados merecen saber que si yo quiero saber lo que piensan sobre un asunto, levantaré el teléfono y les llamaré, en lugar de acudir a la vigilancia", decía Obama.

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Sin embargo, Obama no ha aceptado otras recomendaciones como que sea necesaria una orden judicial para las llamadas "cartas de seguridad nacional", en las que el gobierno pide información sobre individuos a compañías. Esto es una victoria para las agencias de inteligencia que consideran vital para sus investigaciones.

"En nuestra prisa por responder a amenazas muy reales y novedosas" después de los atentados del 11S, "el riesgo de que el gobierno se extralimite -la posibilidad de que perdamos algunas de nuestras libertades centrales persiguiendo la seguridad- se hizo más pronunciado", reconoció Obama. Por eso, ha respondido al debate sobre las prácticas de vigilancia del gobierno ordenando a la NSA que limite el rango de sus actividades. "Solo perseguiremos las llamadas que estén a dos pasos de un número asociado con una organización terrorista, en lugar de tres", dijo. ?

A la vez que anunciaba los cambios, el presidente quiso defender el trabajo de la NSA y otras agencias de inteligencia. "

En un trabajo extraordinariamente difícil, uno en el que las acciones se tienen que predecir, el éxito no se conoce y el fallo puede ser catastrófico, los hombres y mujeres de la comunidad de inteligencia, incluyendo a la NSA, consistentemente siguen protocolos diseñados para proteger la privacidad de la gente".

Obama mencionó al ex contratista de la NSA, Edward Snowden, cuyas filtraciones sobre las actividades de la agencia desataron una ola de protestas y peticiones de cambios. "Si cualquier individuo que se oponga a las políticas del gobierno decide por su propia cuenta hacer pública información clasificada, entonces nunca seremos capaces de mantener a nuestra gente segura o llevar a cabo política exterior", aseguró.