Túnez alcanza su primera Constitución democrática
La nueva constitución del país, firmada hoy por las principales autoridades, consolida el proceso hacia la democracia del país donde comenzó la primavera árabe. El texto, que llega con un año de retraso, establece la libertad religiosa y la igualdad de sexos
El presidente del país, el de la Asamblea Constituyente y el primer ministro han estampado su firma en la nueva Constitución tunecina. Tres años después de la huida del país del dictador Zin el Abidín Ben Alí, la adopción del texto por consenso pone a Túnez a la vanguardia de la lucha por la democracia en el mundo árabe.
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La emoción ha rodeado el acto celebrado este lunes en la Asamblea Nacional. "Es la victoria más importante para Túnez", ha declarado el presidente Monzef Marzuki, antes de entonar el himno del país junto a correligionarios y adversarios políticos. El texto se ha logrado por consenso tras semanas de intensas negociaciones, y contempla la libertad religiosa y la igualdad de sexos, entre otras garantías democráticas.
La Constitución, la primera que se aprueba tras los procesos revolucionarios iniciados en distintos países árabes en el 2011, fue aprobada anoche por una mayoría aplastante en la Asamblea Constituyente, logrando 200 de los 216 votos. Fue otra jornada electrizante, con cánticos, llantos y el recuerdo a los fallecidos en la lucha por la democracia.
Túnez ha pasado por momentos muy delicados tras la caída de Ben Alí. En especial durante el 2012, cuando fueron asesinados dos importantes líderes políticos progresistas: Chokri Belaid y Mohamed Brahmi. La incapacidad de Ennahda, el partido islamista en el poder, para controlar los brotes de violencia y las acciones de los extremistas religiosos, desembocó en un acuerdo entre ese partido y las distintas fuerzas del país para dar paso a un gobierno técnico que dirigirá el país hasta las próximas elecciones, todavía sin fecha. Se acordó también concluir el proceso constituyente con una Carta Magna consensuada.
Desde este lunes, Túnez tiene no sólo la nueva Constitución, sino el nuevo gobierno, formado por el independiente Mehdi Jomaa, que deberá ser aprobado por la Asamblea en los próximos días.
Las felicitaciones a los tunecinos se han multiplicado en estas últimas horas. Ban Ki Moon, el secretario general de la ONU, cree que "el ejemplo de Túnez puede ser un modelo para otros pueblos que aspiren a reformas" y valora que la transición en ese país se esté llevando adelante de forma "pacífica, incluyente y transparente".
La asignatura pendiente de Túnez sigue siendo la economía. El descontento social motivado por la falta de oportunidades y la carestía de la vida mantiene movilizada a parte de la población. El paro juvenil, que estuvo en el orígen del descontento que derivó en la revolución, sigue siendo elevado, y las protestas y huelgas se multiplican sobre todo en las regiones del interior más pobres.