Sociedad

El Gobierno elude responsabilidades en la avería del avión que dejó tirado al príncipe

Dice que el programa de mantenimiento del Airbus A-310 lo elabora el fabricante

El pasado 25 de noviembre el príncipe tuvo que cancelar un viaje a Brasil tras permanecer toda la madrugada en la base aérea de Torrejón esperando a que los técnicos arreglaran una avería en el Airbus A-310. Avión que le iba a trasladar a Brasil. 64 días después el mismo avión obligó a Don Felipe, en otro viaje oficial, a esperar 8 horas en Santo Domingo a que se solucionara el fallo. El Gobierno señala que la actuación del personal del Ejército del Aire se ajustó en todo momento a los procedimientos de seguridad en vigor

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El PSOE formuló una batería de preguntas tan sólo dos días después de que el Airbus A-310 que la familia real y el presidente del Gobierno utilizan para sus viajes oficiales dejara tirado al príncipe, que iba acompañado de toda una delegación oficial, en la base aérea de Torrejón, sin poder despegar. El destino era Brasil pero todos se quedaron en tierra.

Tras ése primer incidente el Gobierno elude cualquier responsabilidad en su respuesta. Contesta por escrito al diputado socialista Diego López Garrido que "la actuación del personal del Ejército del Aire ése día se ajustó escrupulosamente a los procedimientos de seguridad en vigor". Asegura el ejecutivo que en los países de nuestro entorno las flotas y la calidad de las aeronaves de transporte de personalidades son, por lo general, equiparables a la estructura y medios disponibles en España y que siempre son unidades militares las que aseguran el transporte aéreo VIP de las flotas de corto o largo alcance y helicópteros.

Sobre los programas de mantenimiento de los Airbus A-310 el Gobierno señala que ésos programas son fieles a los elaborados por los fabricantes de los respectivos aviones del Grupo 45 del Ejército del Aire (Airbus para el A-310 y Dassault Aviation para el Falcon 900). Contemplan revisiones periódicas que se realizan en centros de mantenimiento certificados. Los plazos oscilan entre 5 y 15 días o alrededor de 60 dependiendo de las necesidades operativas previstas.

Nada dice el Ejecutivo sobre qué medidas se van a tomar para evitar que se repita éste incidente. Ni contesta a la pregunta de si se adoptarán responsabilidades por lo sucedido.

Sorprende ésta salida del Gobierno cuando tan sólo 64 días después una avería en el mismo aparato obligó a retrasar otro viaje del príncipe. Don Felipe permaneció 8 horas en el aeropuerto de la capital de la República Dominicana a la espera de que se solucionara la avería que obligó a cancelar un montón de actos previstos en Tegucigalpa.

 
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