Hoeness acepta la pena de cárcel y dimite como presidente del Bayern
El exdirectivo del club alemán habría evadido 27,2 millones de euros a través de una cuenta bancaria en Suiza. Tras conocerse la sentencia del tribunal, ha anunciado que no recurrirá y que abandona todos los cargos que hasta el momento ostentaba en el Bayern
Menos de 24 horas después de que la Audiencia Provincial de Múnich dictara la sentencia que lo condena a tres años y medio de cárcel por un delito de evasión fiscal, Uli Hoeness ha anunciado que no recurrirá el fallo y que, por lo tanto, ingresará en prisión. Acepta la pena impuesta por la justicia bávara y además dimite con efecto inmediato de todos sus cargos en el Bayern de Munich, entre ellos el de presidente del club de fútbol más importante de Alemania.
"El fraude fiscal ha sido el error de mi vida. Asumo las consecuencias de este error", ha declarado el ex directivo bávaro este viernes. Hoeness, de 62 años, pone así punto y final a una semana convulsa en la que, desde el lunes -día que comenzaba el juicio contra él-, ha ocupado las portadas de los principales diarios del país.
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En las últimas horas, la prensa ha repasado su carrera y los puntos más destacados del que seguramente sea el proceso del año en Alemania. En el diario muniqués "Süddeustsche Zeitung" destacaban que Hoeness es "un excelente gestor, es el alma del Bayern y un hombre con ambición que ha traído a Baviera al que es probablemente el mejor entrenador del mundo, Pep Guardiola". En el semanario Der Spiegel, en su edición digital, celebraban que la sentencia dictada contra el ex presidente del Bayern demuestra que por fin la evasión de impuestos no se considera un delito menor en Alemania.
A pesar de la presión mediática y de las continuas especulaciones sobre su dimisión, Hoeness ha continuado hasta el final al frente del Bayern de Munich. Este martes asistió tribuna de honor del club alemán para ver como su equipo se clasificaba para cuartos de final de la Liga de Campeones, tras empatar 1-1 con el Arsenal.
Uli Hoeness habría evadido 27,2 millones de euros a la Hacienda alemana a través de una cuenta secreta en Suiza, un delito que él mismo reconoció autodenunciándose con el objetivo de evitar la cárcel, ya que en Alemania existe una figura que permite a los evasores fiscales no ingresar en prisión a cambio de pagar una multa y la deuda contraída. No obstante, la autodenuncia fue considerada inoperante por el juez y no fue tomada en cuenta.
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