El mercado de las armas no entiende de crisis económica
En el periodo 2009-2013 los intercambios de armamento crecieron un 14% respecto al quinquenio anterior
Los años de la 'gran recesión', como han bautizado los economistas a la última crisis económica, fueron en cambio especialmente prósperos para la industria armamentística. Es lo que asegura el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo
Primero fueron las hipotecas basura, luego la crisis financiera y -por último- la fiscal. Una sucesión de turbulencias que parece no afectaron especialmente al intercambio de grandes armas a nivel global. Aquí, como en todo, también pierde peso Europa respecto a las potencias emergentes.
No obstante buena parte del negocio sigue en manos de los países desarrollados o de aquellos que en su día fueron una potencia militar -y que ahora aspiran a recuperar los viejos galones perdidos-. Cinco países copan las exportaciones: Estados Unidos (29%), Rusia (27%), Alemania (7%), China (6%) y Francia (5%) acaparan el 74% de las ventas al exterior, o lo que es lo mismo, son los fabricantes de tres de cada cuatro armas que cambian de manos en el mercado formal de la guerra. Fuera de las estadística queda ese otro mercado, el del tráfico ilegal.
Pero para que alguien venda, otro tiene que comprar. En este periodo crecen especialmente las órdenes de compra que llegan desde el sur de Asia y el Golfo Pérsico. Es especialmente llamativa la escalada armamentística que mantinen dos vecinos que nunca se han terminado de llevar bien y que duplicaron sus compras de armas. Se trata de India (111% más) y Pakistán (119%). Unos avances espectaculares en sintonía también con el incremento de la tensión en la zona. Allí compiten potencias como China, Japón, India, Corea del Sur o Australia. Países a los que hay que sumar al siempre impredecible régimen de Corea del Norte.
Los datos del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo demuestran además que muchos gobiernos del tercer mundo no consideran las armas precisamente como un bien de lujo, sino más bien como uno de primera necesidad. Sirvan como ejemplo los datos de África, donde la compra-venta creción un 53%. Allí encabezan las adquisiciones Marruecos, Argelia y Sudán. Los dos primeros son un ejemplo parecido al de India y Pakistán: dos países fronterizos, mal avenidos, y que además combaten el terrorismo internacional. Sudán por su parte es de esos estados en los que la guerra parece endémica. Después de décadas de guerra civil y la escisión en 2011 de Sudán del Sur, su posición en la clasificación africana es más que reveladora. Aquí el saldo del comercio mundial de armas es otro y se cuenta por millones de muertos.
El avance del informe no incluye de momentos datos sobre España, pero aquí el Ejecutivo tiene que informar periódicamente al Congreso de los Diputados. En el primer semestre de 2013 -y según datos de la Secretaría de Estado de Comercio- la venta de armas se disparó un 194% en comparación con el mismo periodo del año anterior. En total, un negocio valorado en 1.821 millones de euros en plena recesión. Lo dicho, el negocio armamentístico no sabe de crisis.

Javier Alonso
Periodista. Licenciado por la Facultad de Ciencias de la Información de la Univesidad Complutense de...




