Tito Vilanova, emblema del barcelonismo

El ex entrenador blaugrana, director del Barça que ganó la Liga de los cien puntos, ha muerto a los 45 años en la Ciudad Condal tras sufrir complicaciones derivadas del cáncer que padecía desde 2011 | La batalla de Tito contra el cáncer (Cronología) | Una temporada de récord | El Barça de Tito y los 100 puntos

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Francesc Vilanova, conocido como Tito, nació en Bellcaire d'Empordá, un pequeño pueblo en el corazón de Girona, el 17 de septiembre de 1968. Llegó a la Masía con 14 años. Pasó por segunda B, por segunda división y por primera. Pasó por Vigo, Badajoz, Mallorca, Lleida o Elche. Hasta retirarse del fútbol en activo en diciembre de 2001. Pero siguió ligado como entrenador. Vilanova había iniciado su formación como técnico en su etapa alicantina, en la que consiguió el título de instructor de fútbol base (2000), al año siguiente logró el título de entrenador regional y en 2003 el de entrenador nacional. En junio del 2007, cuando Guardiola era contratado como entrenador del Barcelona B, Vilanova recibió su llamada como ayudante. Ambos llegaron al banquillo de la primera plantilla blaugrana el 5 de junio de 2008. Ambos formaron el tándem perfecto, sumando 14 trofeos de 19 posibles.

Pero Tito tuvo que hacer frente a otro partido desde noviembre del 2011 cuando en una exploración en el oído le detectaron un tumor en la glándula carótida y era intervenido por primera vez. "Después de aquello, esto es un juego de niños", aseguró el día en que fue presentado como técnico de su equipo de toda la vida. Porque entonces no podía esperar que tan solo cinco meses después de su operación Pep Guardiola anunciará su adiós del club y él sería su sucesor. "Solo había una posibilidad para que yo fuera entrenador del Barça, que Pep Guardiola me animase a serlo y él descansara, si él se hubiera ido a cualquier otro equipo, yo no estaría aquí. No he venido a competir con él, he venido para hacer mi trabajo", aseguraba entonces.

Tito Vilanova afrontó así el reto de sustituir a un icono. Y no defraudó firmando el mejor arranque de liga de la historia del equipo. Pero en diciembre del 2012 sufría una recaída y era operado en el hospital del Vall d'Hebrón de Barcelona. Aunque temporalmente durante enero de 2013 volvió a tomar la dirección del equipo, el 21 de ese mes se trasladó a Nueva York para recibir tratamiento médico, dejando al cargo del primer equipo a Jordi Roura. Vilanova volvía a finales de marzo a Barcelona para celebrar con el equipo su liga, la de los récords, la de los 100 puntos, en una temporada que él calificaría como positiva, y en la que también alcanzaría las semifinales de la Copa del Rey y la Champions League.

Era el 19 de julio cuando el FC Barcelona convocaba a los medios por sorpresa. En la sala de prensa, con los jugadores cabizbajos, el cuerpo técnico y parte de la directiva, Sandro Rosell daba la noticia que "nunca habría querido dar", Tito abandonaba el equipo por una recaída en su enfermedad. "Después de evaluar los resultados de las pruebas rutinarias de seguimiento realizadas a Tito, se ha presentado la opción de realizar otro tratamiento para controlar la enfermedad, que le hará incompatible la responsabilidad de ser entrenador del primer equipo", anunciaba Rosell. Desde entonces, su lucha.

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El Tito jugador, el Tito ayudante y el Tito entrenador, el Tito sencillo, humano, pasional, es historia viva del Barça. Y con él su legado, el de los mejores años de la historia del club.