Astan Traore, la segunda mujer que consigue saltar la valla de Melilla
Está embarazada de diez semanas y ha sido examinada en las dependencias del hospital comarcal
Astan Traore, la segunda mujer que consigue saltar la valla de Melilla.(TOÑY RAMOS Melilla)
Está embarazada de diez semanas y al mediodía de este miércoles era examinada en las dependencias del hospital comarcal. Logró saltar la valla junto con el medio millar que lo consiguió. A principios de año, una menor era la primera en conseguirlo y confesaba que lo había intentado hasta en cuatro ocasiones. Ahora, Astan Traore se ha convertido en la segunda mujer que lo logra.
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Sus compañeros la han descrito como "una mujer muy fuerte de pelo rasta" y es lógico que poco puedan conocer de ella porque apenas cruza palabra con nadie. En los corrillos que se habían montado al atardecer en la puerta del CETI, ella iba sola. Apareció a su lado el que decía ser su marido. Su cara, con varias cruces que marcan sus pómulos; su mirada, entre distante y triste, aunque al preguntarle si era feliz, esbozaba una sonrisa con un sí.
Astan Traore, quiere llegar a la península y desde ahí a Europa, el sueño de todos, pero mientras otros tienen sus miras puestas en el fútbol o en destinos como la huerta, para ella no hay una ilusión concreta. "Quiero trabajar donde sea, me da lo mismo hacer cualquier cosa. Quiero trabajar y ser libre".
Procede de Mali, ronda los 20 años y ha permanecido "siete meses viviendo en Nador y en el Monte Gurugu". La rotura de la valla con el impacto de los 1.000 inmigrantes que lo intentaban por la mañana, le dio "mejor oportunidad para poder entrar". Era la primera vez que lo intentaba, otras veces había logrado solo acercarse.
El que dice ser su marido asegura que "no sintió miedo por el bebé cuando ella se dispuso a saltar también la valla" y como se encontraba "fuerte no había peligro".
Hay más de 15 mujeres en los campamentos del Monte Gurugu, a esperas de la oportunidad de pasar a suelo español. No sabía que sólo dos lo habían conseguido. "Me siento feliz, estoy bien y ya tengo mi sitio en este lugar para dormir esta noche, y lo único que quiero es ir a Europa". "Trabajar, ser libre," repite otra vez.
Con las manos metidas en los bolsillos de la sudadero del chandal que lleva, mira de un lado a otro evitando cámaras, corrillos, gente. Quiere que su nombre se diga bien y ella misma teclea las letras. Todos quieren que sus familias sepan que lo han conseguido.
