La justicia corrige al Gobierno y concede la residencia a una inmigrante nigeriana
El Tribunal Supremo concede la residencia a una mujer que perdió a su hija en una patera cuando llegaba a nuestras costas
El Tribunal Supremo ha condendido la residencia a una inmigrante nigeriana que llegó a nuestro país en patera huyendo de la trata de blancas, un derecho que le había negado el Gobierno y la Audiencia Nacional por considerar que no aportó pruebas. Desde la Comisión Española de Ayuda al Refugiado y Proyecto Esperanza, las dos organizaciones que han ayudado a esta mujer, hacen una valoración positiva de la sentencia por sus efectos inmediatos pero insisten en señalar que no es "satisfactoria".
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Ni el Gobierno ni la Audiencia Nacional quisieron conceder asilo a esta nigeriana, y han sido los jueces del Tribunal Supremo quienes después de estudiar un informe psicológico de la ONG Proyecto Esperanza han decidido otorgarle la residencia en nuestro país por razones humanitarias. El alto tribunal entiende que este informe acredita que para esta mujer sería "perjudicial" ser devuelta a Nigeria, reprochando al Ministro de Interior y a la Audiencia Nacional que no estudiaran en profundidad todos los informes aportados por la reclamante.
La historia de esta mujer, según la relata en sus peticiones de asilo, empieza en Nigeria: maltratada por su padrastro, conoció a un hombre que prometió traerla a España para trabajar como empleada del hogar. Según cuenta, fue interceptada en Argelia y cayó en las redes de trata de blancas, para terminar en una patera camino de costas españolas. Llegó a nuestro país después de perder a su hija de tres años en la travesía: cayó al mar en un viaje en el que murieron más de 20 personas intentando llegar a nuestro país.
Una sentencia que "no es satisfactoria"
Como en tantos otros casos, ha sido el trabajo de las Organizaciones No Gubernamentales y distintos colectivos el que ha llevado a este desenlace. Desde las ONG que han asistido a esta mujer desde su llegada a nuestro país llegan valoraciones positivas, aunque no creen que esta sentencia sea satisfactoria. Paloma Favieres, de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), "no es una sentencia satisfactoria" porque concede la residencia y no el asilo, exigiendo unas pruebas de lo sucedido "que son imposibles de conseguir" para las mujeres en esta situación. Aún así, reconoce que esta postura del Tribunal Supremo "abre una vía muy importante".
La SER también se ha puesto en contacto con Proyecto Esperanza, la ONG que redactó el informe médico que ha acreditado el daño psicológico: su coordinadora Marta González explica que cuando esta mujer llegó a sus manos en 2011 "nos encontramos con una persona muy dañada psicológicamente, con mucha dificultad para narrar lo que ella ha vivido, incluso con lagunas de memoria". Pruebas más que suficientes según Proyecto Esperanza para haberle concedido no sólo la residencia, sino el asilo: la sentencia del Tribunal Supremo "no es suficiente".
Desde ambas organizaciones se critica que las instituciones pidan "pruebas imposibles de conseguir" a las víctimas de trata de blancas que llegan a nuestro país pidiendo ayuda.
Las pruebas fueron, de hecho, el principal problema de esta mujer cuando llegó a nuestras costas: ni el Ministerio de Interior ni la Audiencia Nacional consideraron que la mujer tuviera ninguna prueba de estos hechos, y desestimaron su petición de asilo llegando incluso a insinuar que se había inventado el relato para poder residir en España, y que en cualquier caso aunque todo eso fuera cierto "puede regresar sin temor". Han sido los jueces de la sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Supremo quienes han examinado la documentación aportada, para encontrar un informe de la asociación Proyecto Esperanza que acredita el estrés post traumático de la mujer, razón suficiente para concederle la residencia en nuestro país.
Los jueces del Tribunal Supremo también estiman que no hay pruebas que acrediten los hechos, pero sí deciden concederle la residencia en España por razones humanitarias, a la luz del informe de Proyecto Esperanza: "Refleja las dificultades de la recurrente derivadas de la experiencia traumática de la pérdida de su hija con ocasión del viaje que realizó en una patera que zozobró cerca de la costa de Motril, en la que perdieron la vida gran parte de sus ocupantes, también refiere el estado de estrés post traumático y los síntomas asociados que padecía la recurrente, que sufría miedo con diversas alteraciones del sueño, sudoración y palpitaciones, entre otros, debidos a los acontecimientos durante el trayecto en patera y los dramáticos pormenores del suceso". Un informe que ni el Gobierno ni la Audiencia Nacional tuvieron en cuenta y que según el Supremo pone de manifiesto las consecuencias "perjudiciales" que para esta mujer tendría ser devuelta a Nigeria.




