Este miércoles «B&b, de boca en boca» cierra su primera temporada con la tranquilidad de haber sido renovada y por encima de los 14 puntos de share en sus últimos 5 episodios. Sin embargo, la ficción de Telecinco concluye su primera temporada con unos datos por debajo de lo esperado y con disparidad en las críticas. La revista de moda y tendencias «B&b» se va de vacaciones este miércoles con un último episodio en el que los guionistas deberán finalizar varias tramas que penden de un hilo, como la que atañe a los personajes de Candela (Belén Rueda) y Rubén (Andrés Velencoso) que en el episodio de la semana pasada quedaron al borde de un terraplén con el coche a punto de precipitarse al vacío y sin nadie que los socorra. «B&b, de boca en boca» finaliza su primera temporada con unos datos discretos, muy por debajo de lo esperado de una producción de Globomedia con un reparto formado por actores como Belén Rueda, Gonzalo de Castro o Luisa Martín. A falta de este último capítulo, la serie promedia un 14,2% de cuota de pantalla y cerca de 2,6 millones de espectadores en sus 15 capítulos emitidos esta temporada. Eso sí, ha experimentado un auge en las últimas semanas: los datos de sus tres últimos episodios están por encima de su media. La ficción de Globomedia marcó su máximo el pasado 21 de mayo al seducir a 3.028.000 espectadores, un 16,4% cuota de pantalla. Tras perder inicialmente la batalla contra la comedia de Antena 3, «Con el culo al aire», «B&b» ha logrado remontar e imponerse claramente a la ficción de la competencia llevándola a ésta a marcar sus peores datos. Lo que no ha podido lograr «B&b» es dominar el prime time del miércoles, donde «MasterChef» parece destacarse como líder. Muy mal inicio contra «Velvet» «B&b» y «Velvet» se vieron envueltas en una de esas batallas entre cadenas en las que siempre sale perdiendo algún producto televisivo al margen de su calidad. Telecinco anunció, con varios días de antelación, el estreno de «B&b» para el lunes 17 de febrero. En Mediaset eran conscientes de que Antena 3 preparaba el desembarco de una de sus grandes apuestas, «Velvet», de manera inminente, pero escogieron la noche del lunes porque, en esas semanas, Antena 3 emitía la floja miniserie «El corazón del océano». Con ese movimiento, Telecinco pretendía enganchar al público antes de que su rival estrenase «Velvet». El estreno de «Velvet» fue presentado a la prensa el viernes 14 de febrero sin que, sorprendentemente, Antena 3 se dignase a poner fecha para la emisión de su primer episodio. En Telecinco ya se temían lo peor... y sus sospechas se confirmaron cuando al día siguiente -sábado- Antena 3 anunciaba el estreno de «Velvet» para el mismo lunes 17 de febrero. Lo hacía infringiendo La Ley General de Comunicación Audiovisual que establece que la programación debe ser anunciada como mínima con tres días de antelación. Antena 3 confió en su producto, lo lanzó sin una buena -aunque sí intensiva- campaña de promoción y se arriesgó a una gran multa por contraprogramación... y le salió bien: no hubo multa (se desconocen las razones) y el estreno «Velvet» (24.6%) se comió al estreno de «B&b» (14%). En las tres semanas que coincidieron ambas series en la noche de los lunes, la diferencia de audiencia anduvo por encima de los 9 puntos, lo que llevó a Telecinco a mover ficha -quizá tarde- y programar «B&b» en la mucho menos competida noche de los miércoles. Tramas repetitivas y desaprovechamiento de buenos actores La realidad es que «B&b» no ha terminado de conectar con la audiencia. Pretendió conseguirlo a través de muchas maneras: buscando la complicidad de los adolescentes con actores más bellos que experimentados; intentando provocar emociones en el público más adulto con historias de embargos, desahucios, enfermedades infantiles...; pegándose a la actualidad informativa con relatos de corrupción política; sobreexplotando la imagen de Dani Rovira, personaje de moda por «8 apellidos vascos; fichando a figuras mediáticas, como Andrés Velencoso, para papeles episódicos... En Globomedia y Telecinco han hecho todo por reflotar »B&b menos lo mejor que saben y podrían hacer: fortalecer la construcción de los personajes y aprovechar mejor los buenos actores con los que la serie cuenta. «B&b» se ha presentado desde sus inicios como una ficción de personajes, con pretensiones de reflejar la cotidianidad de unos personajes con los que cualquier español de a pie se puede identificar, bien con ellos o con el entorno. En una involución sorprendente, «B&b» no ha completado el dibujo de aquellos puntos sobre los que debería sustentarse la serie. Todos los personajes se mueven en una nebulosa en la que, más o menos, quedan definidos, pero donde ninguno destaca por encima del resto. Cuenta con importantes actores y actrices, curtidos en todos los géneros y en decenas de proyectos. Belén Rueda, Gonzalo de Castro, Carlos Iglesias, Neus Sanz o Luisa Martín son claros exponentes de la élite interpretativa que posee esta serie. Como lo puede ser una Macarena García que, pese a su juventud, se desenvuelve con una soltura y una naturalidad propia de quien está llamada a liderar una nueva generación de actores. Jorge Usón también hace un gran trabajo en esta serie y defiende muy bien su personaje, Lucas. Por desgracia, los guiones de «B&b» no han sabido exprimir lo mejor que estos profesionales pueden dar de sí, quedando relegados -en la mayoría de los casos- a tramas secundarias o debiendo protagonizar escenas sin demasiada complejidad. Los grandes actores necesitan grandes guiones para brillar. Contrariamente, otros personajes mucho menos verosímiles y con más carencias -Hugo, Cayetana, Mario...- cobran tanta importancia en la serie como los protagonistas. Por otro lado, las tramas resultan cansinas, repetitivas y, en ocasiones, fuera de lugar. La práctica totalidad de las relaciones amorosas de la serie viven en una montaña rusa. Da igual cuáles tomemos de ejemplo (Pablo y Clara, Juan y Vero, Bornay y Martina, Cayetana y Hugo...) porque ninguna de ellas terminan de consolidarse, la ruptura se cierne siempre sobre ellas. Eso por no hablar del manido truco de los triángulos amorosos que, bien usado, puede resultar interesante... pero en «B&b» es tendencia: Pablo-Clara-Candela; Bornay-Marina-Mario; Juan-Vero-Alberto; Cayetana-Hugo-Sonia... No deja de chirriar tampoco ciertos aspectos que rodean al desarrollo de las tramas que tocan a la actividad profesional de los personaje de «B&b». Sorprende para mal que la plantilla de la revista sea tan familiar (prácticamente todos guardan parentesco). Tampoco es un éxito del proyecto crear una revista en la que haya más jefes y secretarias que redactores (el único redactor en plantilla es César, el resto son jefes, becarios, fotógrafos, secretarias...). También es un hecho bastante inusual que una revista de moda y tendencias se afiance como el gran medio que destapa casos de corrupción (¿se imagina alguien a GQ, Esquire o Vogue destapando el caso Bárcenas?). Para completar la lista de despropósitos, Pablo, director de la revista, afronta situaciones y amenazas a las que no se ha visto abocado ni los editores de The New York Times o The Guardian con la publicación de los cables de Wikileaks. Por supuesto, «B&b» regala a los adolescentes en cada capítulo las pertinentes secuencias en las que la cámara se recrea de manera sensual en los cuerpos más esbeltos de los personajes más jóvenes. Todo ello aleja a la serie de su propósito inicial: resultar reconocible para el gran público. Personajes tan españoles, en entornos tan de nuestra cultura, no pueden vivir situaciones y relacionarse de una manera tan ajena a lo que conocemos. Telecinco, por su parte, ha mostrado una actitud ejemplar con esta ficción. La ha promocionado en todos sus programas, ha facilitado constántemente el encuentro entre prensa y sus actores, ha creído firmemente en el proyecto y ha renovado «B&b» por una segunda temporada. En Globomedia pueden trabajar con la tranquilidad que da esto y sabiendo que esta ficción tiene mimbres para enderezar el rumbo si consigue elaborar, de cara a la siguiente temporada, unos guiones que estén a la altura de sus personajes, de sus actores y que huyan de métodos infalibles para conseguir audiencia... porque la realidad es que así no la están consiguiendo.