Cómo sobrevivir al verano en 10 pasos

Por fin ha llegado un de las estaciones más esperadas y son muchos los que entonan la famosa canción de Los Payos. "Vamos a la playa, calienta el sol", es el lema más seguido en estas fechas, pero en muchas ocasiones nos preocupamos demasiado por lucir un bonito bronceado sin ser conscientes de los riesgos a los que sometemos nuestra salud. ¿Estás preparado para afrontar el verano? En Cadena SER te damos diez consejos para conseguir que tus vacaciones no se estropeen.

1. No te obsesiones

Lucir una piel bronceada es bonito pero exponerse demasiado al sol conlleva demasiados riesgos. En España se registraron el año pasado 5000 casos de cáncer cutáneo no melanoma, el más frecuente de los tumores de piel. La Dra. Isabel Longo, coordinadora de la Campaña del Euromelanoma 2014, recuerda que es muy importante tener en cuenta cómo es el tipo de piel a la hora de tomar el sol. "No todas las pieles son iguales, hay personas de ojos claros, rubias o pelirrojas, con la piel muy blanca, para las que es muy difícil coger color y, por tanto, la protección debe ser distinta", recomienda.

Asimismo, frente a la creencia de que estar moreno es símbolo de belleza, Isabel Longo afirma que está demostrado que tomar el sol en exceso acelera el envejecimiento. "Si quieres estar más guapa vas a conseguir lo contrario", asegura.

2. Errores a la hora de utilizar protección solar

El mercado de productos que nos protegen del sol es muy amplio y muchas veces no sabemos como utilizarlos. En primer lugar, su aplicación debe ser generosa. La Dra. Isabel Longo afirma que si esto ocurriera "a la gente le duraría el protector bien poquito". Nada de utilizarlo de un año para otro. Como otros productos, una vez abiertos, los protectores solares están indicados para una duración de doce meses. Pasada esa fecha el producto pierde propiedades y su eficacia es menor o incluso nula.

Asimismo, hay que tener en cuenta que el factor de protección solar (FPS) hace referencia al tiempo que aguantaría nuestra piel aplicándose esa crema sin quemarse. Por ejemplo, una persona que tarda diez minutos en quemarse, si se aplica un FPS 15, estará protegido de las quemaduras durante 150 minutos ( 10 x 15). Por lo tanto, un factor menor no indica que la piel conseguirá ponerse morena antes, sino que estará menos tiempo protegida del sol y, en consecuencia, de las quemaduras. Aún así, Isabel Longo lo advierte: "Noy hay ninguna crema que sea una barrera total contra el sol".

3. La ropa también nos protege

Utilizar camisetas de algodón, gafas de sol y gorras o sombreros son pequeños gestos que ayudarán a soportar mejor el calor y evitar las quemaduras. Desde la Academia Española de Dermatología y Venereología recuerdan que muchas quemaduras pueden dejar "cicatrices de por vida" en caso de que no se curen bien. Por ello, cualquier cuidado siempre es bueno. Además, es momento de conocer nuevos lugares y emprender rutas turísticas, ¡no te fastidies las vacaciones por no ser más previsor!

4. Cuidado con visitar en exceso las cabinas de rayos

La realidad es que cada vez se diagnostican más casos de cáncer de piel en personas jóvenes. Uno de los motivos es que los hábitos de exposición solar han cambiado, no sólo se hace en periodos más cortos sino que además, visitar las cabinas de bronceado se ha convertido en un ritual tanto para mujeres como para hombres. Isabel Longo considera que con este tipo de acciones lo único que se consigue es sobreexponerse a unas dosis muy elevadas de radiación. Asimismo, Longo alerta de que cada vez se comienza a una edad más temprana a darse rayos y pese a que las cabinas están prohibidas para menores de 18 años en muchos centros no se exige documentación.

5. Esperar entre una y dos horas después de las comidas para bañarse

¿Por qué? Alberto Espada, socorrista por TAFAD, explica que la sangre que se utiliza para realizar la digestión se va a otras zonas del cuerpo para mantener la temperatura corporal. De ahí, que los cambios bruscos de temperatura al bañarnos favorezcan los cortes de digestión. Además de la espera, Espada recomienda seguir esos trucos básicos que todos hemos oído alguna vez pero que muy pocas veces hemos puesto en prática. "Meterse poco a poco", "echarse agua en la nuca", son diversos mecanismos que nos ayudarán a asimilar la temperatura del agua. "Siempre es mejor prevenir que curar, así que la mejor precaución es esperar dos horas", añade el socorrista.

6. Respetar las normas en la playa

En verano las costas españolas se llenan de bañistas y eso perjudica la actuación en caso de emergencia. "Un gran cúmulo de bañistas o la imprevisibilidad del mar complican las cosas, por eso hay que atender al tipo de bandera porque cualquier descuido puede suponer un riesgo innecesario", aconseja Alberto Espada.

Para los más despistados hacemos un repaso. La bandera verde indica que el baño está permitido y que las condiciones para darse un chapuzón en el mar son óptimas. Por su parte, la bandera de color amarillo nos advierte que hay que tener precaución a la hora de bañarse, normalmente se coloca cuando el oleaje puede causar problemas o las corrientes son medianamente fuertes. La bandera roja es la que prohíbe totalmente el baño y esto se debe a que las condiciones meteorológicas o del mar pueden poner en riesgo la vida de los bañistas. La blanca, en la que aparecen dos medusas, nos alerta de una posible plaga. Siempre va a estar acompañada de la bandera amarilla, que pide precaución, y su intención es dar una mayor información. Prestando atención a este tipo de señales es muy fácil disfrutar de un baño en el mar.

7. ¡Cuidado a la hora de saltar en la piscina!

Recientemente la Policía Nacional ha lanzado una campaña junto a la nadadora Mireia Belmonte para pedir precauciónen el agua ya que en España el número de ahogamientos al año asciende a 150.

Para evitar accidentes hay que tener en cuenta la profundidad y que el baño sea en presencia de socorristas. A la hora de tirarse hay que evitar posturas difíciles y saltos que nunca se han llevado a cabo, son prácticas peligrosas que pueden provocar lesiones en la columna y, por tanto, lo ideal es dejarse de volteretas e introducirse en el agua de manera progresiva. Por último, hay que extremar la atención con los niños, ya que pese a que sepan nadar muchas veces se confían y es probable que no sepan desenvolverse bien en el agua.

8. Usar siempre calzado.

El calor y el exceso de sudoración son algunos principales causantes de los hongos, tan frecuentes en verano. Utilizar calzado descubierto, como las ya habituales chanclas de verano, en las zonas comunes de las playas y piscinas es una de las medidas más eficaces para evitarlos. Desde la AEDV recuerdan que no es que en verano la aparición de los hongos en los pies, conocida como micosis, aumente, sino que es una de las épocas en las que los síntomas se manifiestan.

9. Bebe mucha agua

Habitualmente está recomendado beber al menos dos litros de agua al día pero en verano este consejo resulta imprescindible. El calor hace que perdamos más líquidos y, por tanto, es necesario reponerlos bebiendo mucha agua. Tomar alimentos frescos, frutas y ensaladas de verano, también puede ayudar a mantenerse en buen estado. Además, llevar una botella de agua pequeña siempre a mano no molesta.

10. Protege tus ojos

El cloro, el sol, bañarse en exceso... son factores que acaban pasando factura a nuestros ojos. Las irritaciones se repiten mucho en verano y para evitarlas hay que seguir consejos muy básicos como utilizar gafas de natación a la hora de bañarse o gafas de sol cuando salgamos a la calle. Cuidado con utilizar gafas de sol de bajo coste porque suelen dañar la vista, así que lo más recomedandable es acudir a un oftalmólogo.

Siguiendo estos pasos podrás lucir un aspecto radiante en verano y lo mejor de todo, ni el sol, el cloro o los hongos, podrán arruinarte las vacaciones. ¡Disfruta!