Gafas de sol: ¿Cuidar la vista o el bolsillo?
Las lentes compradas en establecimientos no especializados pueden poner en peligro la salud ocular
La protección de la vista en temporada estival resulta imprescindible para no sufrir dolencias y daños difícilmente reversibles. La población está muy concienciada acerca de la protección de la piel, pero no ocurre lo mismo cuando de la protección de los ojos se trata. Se debe tener mucha precaución a la hora de elegir las gafas de sol. Aquí explicamos el por qué.
Según Celia Sánchez-Ramos, directora del departamento de óptica de la Universidad Complutense de Madrid, existen dos tipos de luz, la azul y la violeta, que resultan nocivas si no se protege el ojo con una lente apropiada.
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Estos dos tipos de luz, provocan dolencias como la conjuntivitis, que afecta a la parte del ojo llamada Conjuntiva, causando escozor y molestias. También se puede sufrir queratitis, una dolencia que afecta a la córnea.
Estas dos infecciones, junto a muchas otras, son realmente molestas, pero no deben preocuparnos en exceso, puesto que gracias a la reacción que tienen en nuestro cuerpo, acudimos al médico para tratarlas. El problema surge cuando la luz nociva afecta a la retina del ojo, una estructura que se encuentra en el fondo y que no se puede regenerar una vez dañada. La exposición excesiva a radiación, puede provocar la 'degeneración macular'.
Cuando llegamos a notar los efectos de esta dolencia suele ser demasiado tarde, ya que no tiene efectos visibles en la persona, por lo que puede conllevar serios problemas de visión.
Para remediar enfermedades oculares, es necesario utilizar unas gafas de sol que nos protejan y que no simplemente sean un complemento de moda. En este sentido Sánchez-Ramos afirma que "las gafas protectoras de sol, deben ser eso, protectoras, no plásticos que lo único que hagan es reducir la cantidad de luz".
Muchos creen que por oscurecer una lente o "sucedáneo de lente" ya se obtiene protección. Lo que pasa realmente es que cuanta más atenuación se le da al cristal, más se dilata la pupila, por lo tanto la luz nociva sigue penetrando el ojo en similares cantidades. "Los ópticos optometristas son las personas idóneas para identificar que lentes son adecuadas" afirma Celia. Esto no significa que no se puedan comprar unas gafas de sol en un establecimiento de moda, un mercadillo o un 'top manta', pero hay que llevarlas a un centro especializado para cambiar las lentes y poner unas de protección óptica.
A veces caemos en la tentación de ofertas y precios realmente bajos, pero debemos dar prioridad a la salud ocular antes que a unos euros de menos, ya que más que proteger, puede afectar gravemente al ojo. "A nadie se le ocurriría compara un paracetamol en un 'top manta', por mucho que ponga en la caja paracetamol, lo mismo ocurre con la protección ocular", sentencia Sánchez-Ramos.
La optometrista advierte que no podemos fiarnos de cualquier pegatina que contenga las siglas CE en un establecimiento. En un estudio de la Universidad Complutense en el que se examinaron 2000 gafas de sol, sólo el 7% cumplían con la normativa actual; "Que unas gafas de sol lleven un identificativo de CE, no da una garantía, lo que la da es el establecimiento".
Una buena opción son las lentes polarizadas, que 'obligan' a la luz a atravesar la lente en una única dirección. En otras palabras, evitan efectos como el reflejo de la luz en el asfalto cuando estamos conduciendo, un beneficio que puede evitar más de un accidente en estos días de vacaciones.