Brasil, un emergente en crisis
Según el FMI, este año Brasil crecerá en torno al 2,5%: una cifra similar a la del año pasado pero insuficiente para un país de sus dimensiones
Brasil es la sexta economía mundial con un Producto Interior Bruto que supera los 2 billones de dólares para una población de 200 millones. Después de haberse convertido en una de las grandes economías emergentes a principios de este siglo junto a la India y China, en los famosos BRICS, su economía da signos de agotamiento como consecuencia de una menor demanda externa de materias primas y un estancamiento del consumo interno.
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Brasil es la sexta economía mundial con un Producto Interior Bruto que supera los 2 billones de dólares para una población de 200 millones. Después de haberse convertido en una de las grandes economías emergentes a principios de este siglo junto a la India y China, en los famosos BRICS, su economía da signos de agotamiento como consecuencia de una menor demanda externa de materias primas y un estancamiento del consumo interno.
Según las últimas previsiones del FMI, este año debería crecer en torno al 2,5%: una cifra similar a la del año pasado pero insuficiente para un país de sus dimensiones y que, además, cuenta con una deuda pública superior al 60% y cuenta con unas malas infraestructuras.
El rápido crecimiento económico ha agravado las desigualdades sociales y, pese a que en los últimos años una décima parte de la población ha salido de la pobreza extrema, la emergente clase media se ve penalizada por un endeudamiento importante de los hogares, y por una presión fiscal, el 36%, que es la más importante de los países emergentes y un sistema de pensiones atrofiado.
El desempleo ha descendido a niveles históricos: el 5,4%, pero la precariedad es muy importante. Por si esto fuera poco, la delincuencia y la violencia criminal han aumentado.