Dos caras para el Rey

Dos caras para un mismo rey. Dos caras para dos actitudes muy distintas de un mismo personaje. Este martes, Telecinco estrena el primer biopic televisivo de Juan Carlos I que aborda desde la infancia del monarca hasta la muerte de su padre don Juan. Años complejos para este personaje histórico en los que sufrió como niño, adolescente y adulto el peso de una corona que Franco negó a su padre para otorgársela a él. A ese pasado miran los actores Fernando Gil y Patrick Criado para meterse, con solvencia, en la piel del que fuera el primer Jefe de Estado y rey de la democracia post franquismo.

Uno tiene nombre de rey, Fernando. Hasta siete de esos se han colocado sobre su cabeza la corona en las tierras españolas de la Península. El otro, Patrick, no tiene nombre regio, pero sí ojos y cara de príncipe europeo. No obstante, este chico de 19 años bien podría haber encarnado a un Delfín de Francia, nacionalidad de su padre, del que también toma el nombre.

Fernando Gil da vida al Juan Carlos adulto, el que empieza a sentir el peso del deber, el que quiere ser rey porque entiende –así se muestra en ‘El Rey’- que solo bajo su liderazgo se puede avanzar hacia tiempos más libres en la gris España franquista. Fernando, de 39 años, es consciente de la responsabilidad que implica llevar el peso de esta ficción, pese a su dilatada carrera en cine, teatro y televisión.

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En estos lares reales-televisivos ya interpretó al príncipe Felipe hace unos años en la tv-movie de Telecinco ‘Felipe y Letizia’. A diferencia de esa ficción, ‘El Rey’ no pone a imitar a sus actores, sino a interpretar. Y el trabajo de éstos es, probablemente, lo mejor de la obra.

Por su parte, Patrick se mete en la piel del Juan Carlos adolescente (Enrique Aragonés encarna al Juan Carlos en su niñez), la difícil etapa que configuraría el carácter adulto del personaje. En el Juan Carlos de Patrick se aprecia el deseo de vida y libertad de un joven criado en el exilio de Estoril y educado en la España franquista lejos de su familia. Se aprecia bien, la profunda e irreparable herida que la muerte de su hermano Alfonso produjo en Juan Carlos mientras ambos jóvenes jugaban con una pistola. Patrick está sensacional en esta serie de Telecinco, creciendo, como su Atlético de Madrid, partido a partido en lo que parece que se está convirtiendo en una prometedora carrera como actor.

¿Cómo recordabais o cómo estudiasteis en su día este periodo de la Historia de España que abarca la serie antes de enfrentaros al proyecto?

Fernando Gil: Yo, concretamente, no tenía ni idea más allá de lo que me habían contado mis padres y algo que hubiera visto por televisión… En el colegio, llegabas a la I Guerra Mundial y metían la carta de ajuste y no te enterabas de nada más [risas]

Patrick Criado: En mi caso, un poco como Fernando. Lo poco que conocía del rey era de la Transición y la Democracia… todo lo previo a eso no conocía mucho. Así que me tuve que informar, leerme la biografía, ver artículos, fotos… Cuando estuve un poco más informado, pude afrontar el guion.

Que vuestras interpretaciones sean interpretaciones del rey y no imitaciones… ¿Es importante para el resultado final de la obra, no?

PC: Eso es clave. Al principio, al recibir el guion, tuve cierto miedo a si lo que tenía que hacer era imitar al rey, cuando hablé con Tito porque iba a ser complicado.

FG: Lo que ocurre es que, por ejemplo, los actores americanos que afrontan este tipo de papeles con proyectos que -como tienen mucha pasta- empiezan dos años antes. Ellos ya tienen un coach e integran en su personalidad tanto las maneras y formas de hablar del personaje que los actores ya son capaces de dar verdad con eso…

PC: Pero un mes antes… [ríe]

FG: ¡Claro! Nosotros teníamos un mes antes para preparar toda la historia… El acento del rey es complicado porque te puede llevar a los imitadores y terminar pareciéndote más a ellos que al rey… sería una putada estar en una peli tan serie y estar en tono de Latre [ríe]

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Vosotros que sois dos actores a los que no os falta el trabajo, cuando os llega algo como esta miniserie que exige, además del rodaje, una preparación previa importante, ¿cómo lográis compaginar esto con otros proyectos?

FG: Tienes que echarle muchas horas y organizarte bien. Cuando era más chaval y tenía más energía, no dedicaba nada al tema de agenda y de organizarme. Era un cabra loca y me daba tiempo a todo. Pero ahora me es imposible. Me tengo que organizarme el horario de estudio, la semana de grabaciones y bolos… Tengo familia, una hija… y si no me hago eso, no le veo el pelo, no vivo [sonríe]

PC: Yo me lo estoy empezando a hacer ahora…

¿Lo de tener una hija? [bromeo]

PC: [Risas] Lo de tener una hija, no tanto… Lo de tener un calendario, sí. Es verdad que cuando me tocó lo de 'El Rey' estaba también rodando 'Todos están muertos' y me volví un poco loco cada vez que iba a un lado y otro.

Sinceramente… ¿es verdad eso que decís de "me he documentado, he visto, he leído"? Porque decirlo queda muy bien…

PC: Sí, sí… Conocía muy poco. Llega un momento en el que te tienes que plantear que, si vas a interpretar un personaje, tienes que conocerlo. Si no, no hay manera de cogerlo.

¿Qué sensación te llevaste cuando empezaste a leer sobre él? ¿Y tú Fernando?

PC: No tenía una buena visión del rey... Pero sí que es verdad que cuando te metes a leer sobre él y a conocerlo, aprendí a querer al personaje. Luego le tienes cierto cariño e interpretas con ese cariño. Si no quieres nada a tu personaje, no hay por dónde cogerlo.

FG: Yo conocía la figura de Juan Carlos a partir de la Transición y ahí me parecía que jugó un papel importante, pero no sabía lo difícil que había sido. Digamos que toda esta historia reciente de Corinas y tal, se te queda un poco anecdótico cuando lees e interpretas que es un chaval que a los 10 años lo mandan fuera de su familia bajo la tutela de Franco en una España gris… eso es una putada. Y después, todos los conflictos: su padre tirando por un lado para que volviera la monarquía, Franco intentando joder a su padre a través de él… Estaba como un pelele en mitad de la movida.

Que al final se sobrepusiese a eso y se supiese rodear de gente inteligente que le supo decir cuándo era el momento de mover ficha y cambiar España por completo… Parece la historia casi de la construcción de un héroe. A mí, lo de Corina y tal me parece anecdótico.

¿Y no crees que muchos espectadores, por las noticias que nos llegan en los últimos tiempos de la Casa Real, le va a exigir a esta producción que no dé una imagen tan heroica, o tan blanca, de este personaje?

FG: No sé si el objetivo de la productora era dar una imagen blanca del personaje. Era intentar ceñirse a unos hechos; se habla de la muerte de su hermano donde se intuye que Juan Carlos fue protagonista de ese hecho. Después, en toda su relación con Franco, se deja la sensación de que hay momentos en los que Juan Carlos está más cerca de Franco que de su padre. Yo no sé si es del todo blanca la postura. Creo que se tocan bastantes grises y, a veces, oscuros.

Fernando ha mencionado la escena de la muerte de su hermano Alfonso. En la miniserie vemos al joven Juan Carlos destrozado justo después de que se disparase esa pistola. ¿Cómo crees, Patrick, que se sintió él? ¿Cómo afrontaste esa complicada escena para interpretarla?

PC: Hay una foto del funeral, que me enseñó Tito, y refleja lo que está sintiendo Juan Carlos en ese momento. Se ve esa cara destrozada de don Juan Carlos. Él quería a su hermano, tenía amor por él y yo lo llevé por ese lado. Pasó lo que pasó y murió…

Fue una secuencia dura a la que tenía mucho respeto. Cada vez que iba al rodaje me acordaba de esa secuencia [ríe]. Le tenía mucho respeto, pero la verdad es que el equipo técnico ayudó mucho porque se creó mucho silencio y un clima de mucha concentración que permitió que se hiciera bien.

Dais vida al mismo personaje, en distintas etapas de su vida. Si hay algo que diferencia vuestro enfoque en las interpretaciones es que tu Juan Carlos, Patrick, no quería ser rey y el tuyo, Fernando, quería serlo por encima de todas las cosas…

[risas]

PC: Mi personaje refleja una etapa de la vida en la que quieres vivir, estar con tus amigos, tener relaciones con las chicas… Quieres vivirlo [ríe]. Yo le comprendo totalmente, él quería vivir la vida y las responsabilidades le exigían ir por otro camino. Entiendo que él no quisiera ir por ese camino.

FG: Creo que él se da cuenta de que hay algo que está por encima de lo que él quiera, una responsabilidad de dar un cambio, una modernidad a la sociedad española. Y creo que en esto juegan un papel importante dos cosas: los profesores que Franco le pone para formarlos que, parece ser que no eran tan partidarios del Régimen, y Sofía. Es una hija de reyes, pero es una chica que ha tenido la oportunidad de estudiar en Alemania e Inglaterra y sabe lo que son las democracias modernas.

Cuando empieza a tener relación con ella se da cuenta de que es importante entrar en ese juego en el que está ya todo el mundo y en el que España se está quedando atrás. Juan Carlos, entonces, se da cuenta de lo que necesita España y de que eso está por encima de lo que él, como persona quiera.

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Hemos empezado esta entrevista y os he preguntado qué imagen teníais de este personaje y de esta época antes de afrontar el proyecto de 'El Rey'. Después de tres meses de rodaje y de estar a punto de estrenarse… ¿Qué visión te ofrece ese Juan Carlos en esos momentos de su vida?

PC: Pues el de una persona que tenía que asumir determinadas responsabilidades, tuvo que asumir la carga de acercar España a Europa…

¿Hubieras actuado igual que él?

PC: No creo, no creo… Siempre hay cambios.

¿Y tú, Fernando?

FG: No sé si hubiera sido capaz de soportar esa presión. Vale que es otra época y de que se te prepara psicológicamente para cosas duras… pero no sé. Yo estoy acostumbrado a una sociedad bastante más tranquila que una dictadura. Y sobre todo, no estoy nada acostumbrado a tratar con gente como Franco o el padre Zulueta que son personajes muy siniestros… [Resopla]

No sé yo si, en las mismas circunstancias, hubiera aguantado ese carrete. Es complicado…