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Barça, despega como puedas

Crónica de una noche en el aeropuerto de Ámsterdam con encuentros inesperados y averias

Edu Polo junto con Xavi Hernández, antes de que comenzase la 'odisea' del FC Barcelona para volver a España. / CADENA SER

Ámsterdam

Llegamos al aeropuerto de Ámsterdam a las doce de la noche, con el tiempo justo de realizar las conexiones con El Larguero y subir corriendo al avión, que en principio debía despegar de regreso a Barcelona a las doce y cuarto. Mientras acababan de subir las maletas a la bodega, el comandante, Joaquín Rodríguez, se convirtió en la estrella inesperada del viaje. Resultó ser el bajista de Los Nikis, grupo musical español de la década de los años 80.

Joaquín Rodríguez nos confesó entre bromas que él había sido el compositor de Enrique el Ultrasur, una de las canciones más populares de los Nikis, en la que se describe la vida de un seguidor radical del Real Madrid, del que dice la letra que "en el fondo no es un chico malo, aunque a veces se le va la mano (...) Tiene odios viscerales, Núñez, Gil y otros rivales (...) Ten cuidado, Boixos Nois van a ir a por ti. Pobre Zubizarreta, hoy le toca la ruleta..." La plantilla del Barça en manos de Rodríguez, que además de ser el autor de esta canción, nos confiesa su madridismo y que es amigo de Tomás Roncero.

Pero las bromas iniciales dejaron paso a un aviso mucho más serio, una válvula del motor se había averiado y había que volver al parking del aeropuerto. Después de la inspección mecánica y tras casi dos horas retenidos en el interior de la nave, minutos antes de las dos de la madrugada nos comunican que la avería no se puede solucionar y que están buscando una alternativa. La primera, volver de inmediato en otro avión de Iberia estacionado en el mismo aeropuerto, descartada de inmediato. La segunda, buscar hoteles en Ámsterdam para pasar la noche y volver al día siguiente con calma, descartada también por falta de plazas hoteleras. Se impone el último recurso, esperar que un avión despegue de Madrid y nos venga a rescatar.

Mientras tanto, Luis Enrique decide que los futbolistas deben descansar y negocia que el equipo se desplace de nuevo a su hotel y regrese a Barcelona al día siguiente a mediodía. El resto de la expedición, formado por directivos, familiares de técnicos y jugadores, seguidores y periodistas, nos quedamos tirados a la espera de un avión que debe despegar a las cuatro de Madrid para venir a buscarnos y que con suerte podrá volar de regreso a casa a las seis o siete de la mañana. Entre los pasajeros damnificados y obligados a dormir de cualquier forma en un banco del aeropuerto de Ámsterdam están diversos directivos, Andoni Zubizarreta y Carles Puyol, la madre y la mujer de Luis Enrique o las novias de Xavi y Busquets, entre otros. Los jugadores, mientras tanto, descansaban en el que había sido su hotel de concentración, aunque ya no tenían todas las habitaciones disponibles y muchas estaban aún sin limpiar, ya que nadie esperaba que volvieran.

Hacía 14 años que la expedición del Barça no se quedaba en tierra, la última vez que pasó algo similar fue en el aeropuerto de Bilbao, tras jugar un partido ante el Alavés, ya que la prensa llegó tarde y cerraron la torre de control con los jugadores ya sentados en el avión. Luis Enrique, entonces jugador, se cabreó casi tanto como lo ha hecho esta noche cuando los cámaras han ido a grabar la salida de los jugadores de la aeronave.

 
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