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Libia se hunde ante la indiferencia del mundo

El enviado de la ONU Bernardino León, posible objetivo de una bomba que estalló este domingo. Bengasi, la cuna de la revolución, sumida en combates que han dejado 300 muertos.

Una grua retira los restos de un vehículo calcinado por la explosión en la ciudad de Shahat, frente al edificio en el que el enviado de la ONU Bernardino León iba a reunirse con el primer ministro Al Thini / STRINGER (Reuters)

Una grua retira los restos de un vehículo calcinado por la explosión en la ciudad de Shahat, frente al edificio en el que el enviado de la ONU Bernardino León iba a reunirse con el primer ministro Al Thini

Madrid

El estallido de al menos un coche bomba en la localidad de Shahat ha permitido que el drama de Libia se asome a las portadas internacionales. La razón, que el posible objetivo era el español Bernardino León, enviado especial de la ONU y de la UE a Libia, que tenía previsto reunirse con el primer ministro Al Thini.

La explosión, ocurrida este domingo, no dejó víctimas. La misión de la ONU en Libia (UNSMIL) ha dicho en un comunicado que no sabe si esa misión era el objetivo del ataque pero que, en cualquier caso, seguirá buscando soluciones políticas a la actual situación.

Difícil encontrar esas soluciones. Libia es ahora mismo un país con dos parlamentos y dos gobiernos. Por un lado los emanados de las últimas elecciones, reconocidos internacionalmente aunque con apoyo limitado en el territorio libio. Al Thini, con quien tenía previsto entrevistarse León este domingo cuando estalló la bomba, es su primer ministro. Por otro lado está el gobierno basado en Trípoli y dirigido por Al Hassi, y que se apoya en el parlamento surgido en las elecciones previas, que se negó a disolverse por no reconocer los últimos comicios.

La decisión del Tribunal Supremo de reconocer validez al parlamento previo y no al reconocido por la ONU y otros actores internacionales ha supuesto un revés para el papel de Bernardino León, cuya capacidad mediadora se ve ahora cuestionada. La ONU, al igual que España, Estados Unidos y otros actores internacionales, se ha limitado en un comunicado a tomar nota de la decisión del Supremo, pero sin acatarla.

Imágenes de la campaña en internet contra Bernardino León

Imágenes de la campaña en internet contra Bernardino León

Imágenes de la campaña en internet contra Bernardino León

Imágenes de la campaña en internet contra Bernardino León

La falta de reconocimiento del fallo del Tribunal Supremo puede ahondar la crisis. Bernardino León ha sido declarado persona non grata por el gobierno instalado en Trípoli, mientras activistas piden su salida del país en una campaña difundida en las redes sociales. Por su parte, el parlamento surgido de las últimas elecciones se ha negado a acatar el fallo porque cree que los jueces, instalados en Trípoli, actuaron "con una pistola en la cabeza".

Bengasi, la ciudad mártir

Si la situación institucional es insostenible, peor aún es lo que ocurre sobre el terreno, donde las divisiones no se limitan a la lealtad a uno u otro gobierno. Hay combates en Trípoli, en Sebha, en Zintan, en Bengasi... entre una miríada de milicias movidas por variados intereses: regionales, tribales, culturales o económicos.

Fotos de Bengasi subidas por los internautas a twitter este domingo

Fotos de Bengasi subidas por los internautas a twitter este domingo

Fotos de Bengasi subidas por los internautas a twitter este domingo

Fotos de Bengasi subidas por los internautas a twitter este domingo

En Bengasi los combates han alcanzado el centro de la ciudad, obligando a miles de personas a abandonar sus casas. En tres semanas han muerto 300 personas. La ciudad en la que comenzó la revuelta contra Gadafi en el 2011 sufre la ofensiva del ex general Hafter, un complejo personaje de esta trama.

Hafter comandó las tropas de Gadafi durante la guerra del Chad, pero se sumó a las fuerzas rebeldes en 2011. Entre ambos acontecimientos, Khalifa Hafter se exilió en Estados Unidos, donde se le atribuye haber establecido una buena relación con la CIA.

Este enigmático personaje decidió hace unos meses acabar con los "terroristas", incluyendo en esa etiqueta a grupos radicales como Ansar al Sharia, pero también a milicias que combatieron a su lado contra Gadafi como la Brigada 17 de Febrero. Hafter tiene en lo que ha llamado "Operación Dignidad" el apoyo del presidente egipcio Al Sisi, de parte del ejército libio y recientemente ha obtenido también el beneplácito del parlamento que la semana pasada fue declarado inconstitucional por el Tribunal Supremo.

Amnistía Internacional ha denunciado que en los combates de Bengasi las dos partes están atacando indiscriminadamente a la población civil y cometiendo abusos que incluyen crímenes de guerra. Los habitantes de la ciudad en la que comenzó el alzamiento contra la dictadura de Gadafi no habían vivido días tan difíciles ni siquiera durante aquella rebelión de 2011.

 
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