Ciencia y tecnología

“Soy una robota”

Madrid reúne los robots humanoides más avanzados del mundo

Uno de los robots expuestos en la Universidad Carlos III, en la exposición de robots humanoides celebrada en Madrid. / TOÑI FERNÁNDEZ

Madrid

Ojos azules rasgados que pestañean. Unos labios carnosos comienzan a moverse para saludar a los seguidores de CadenaSER.com. Es una robota, una mujer robot, con capacidad para expresar emociones y para leerlas en nuestro rostro. Los robots humanoides quieren parecerse a las personas, e incluso a los bebés con el fin de habitar algún día, bastante lejano todavía, nuestros mismos espacios.

"Soy una robota"

Pero en realidad las capacidades de estos robots están muy por debajo de nuestra imaginación, bien alimentada gracias a tanta película de ciencia ficción. A misma realidad le queda todvía mucho para llegar a nuestros deseos. Uno de los más jóvenes científicos del lugar, Alejandro García, recuerda que su madre, cuando le cuenta que ha diseñado un robot que sigue una linea en el suelo o resuelve un laberinto siempre le dice "Está muy bien lo que hacen tus robotitos, pero cuándo vas a conseguir uno que me limpie la casa, me planche la ropa y que me cocine". La madre de Alejandro no sabe que por ahí va buena parte de la investigación.

Aunque nos llame mucho la atención que los robots hablen y que expresen emociones, que no sentimientos; es mucho más difícil conseguir por ejemplo que caminen: "cosas muy simples como sentarse, levantarse, coger de la encimera una Coca cola. Cosas que a nosotros nos parecen muy fáciles, para ellos es muy difícil", aclara el científico Carlos Balaguer, una de las almas de este congreso, Humanoids 2014. Junto a Balaguer está Theo, un robot de metro setenta con todos los cables a la vista. Humanizamos los robots para evitar el rechazo que puede provocar esa maraña de circuitos y ecuaciones; y para acercarnos a su verdadero objetivo que es hacer nuestra vida más fácil. El día que los podamos pagar claro, porque ninguno de estos robots de tamaño natural está ni siquiera en el mercado como recuerda este científico: "estos robots no se venden, se alquilan. Por ejemplo el HRP-2 japonés se alquila por medio millón de euros al año, más seguros, un training en Japón...es decir, esto es muy caro, éstos son juguetes muy caros"

En caso de tener a mano el medio millón de euros, tampoco serviría de nada llevarnos algunos de estos robots humanoides a casa; salvo que tengamos amplios conocimientos de programación y paciencia para enseñarles porque estos maravillosos electrodomésticos aprenden como los niños, por imitación. A base de repetir; y así por ejemplo aprenderían a encontrar nuestras gafas. Lo de cocinar aún está muy lejos.

"Soy una robota"
Toñi Fernández

Toñi Fernández

Edición Hora 14, sección de reportajes, Hoy por Hoy reportajes, Gerente de comunicación y jefa de prensa...

 
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