El PSOE admite que sería “ingenuo esperar un vuelco” en las municipales pero confía ver “indicadores” de mejora

Madrid

El PSOE ha elaborado un borrador sobre el que articulará la estrategia electoral para las elecciones municipales y autonómicas del año que viene y en ese documento, de uso interno, se fija como objetivo convencer a un tercio de los votantes, para los que todavía cabe darle “otra oportunidad a los socialistas. Aunque los resultados no serán inmediatos: “Sería ingenuo e ilusorio –continúa el texto– esperar un vuelco en los datos (de las elecciones de mayo). El PSOE seguirá acusando las consecuencias de una pérdida constante de apoyos. Es imposible que recupere todo el apoyo perdido en ocho meses”. Entiende, sin embargo, que han frenado la sangría de votos y que en esos mismos comicios se verán “indicadores” de su mejoría.

“El PSOE tiene ahora un año en el que contar una historia y constatar una voluntad triple de hacerla realidad”, se lee en el documento. Esa triple voluntad se refiere a los tres objetivos que se marca el texto: “Limpieza, calle y gobierno”. Con limpieza se refiere a la lucha contra la corrupción y “convertir al PSOE en un referente de la lucha contra el clientelismo, los favoritismos o el enchufismo”.

La ‘calle’ apunta a la necesidad de que el PSOE sea visible para los ciudadanos, “coincide con la clásica dimensión de la empatía” e incluye recordar que Pedro Sánchez es “el primer presidenciable en la Historia de España que ha conocido el paro”. En este capítulo, propone abrir las sedes, las 1.800 casas del pueblo que tiene el partido y donde, en sus orígenes, “se leía en grupo, se mutualizaba el riesgo de enfermedad o se prestaba dinero”. De manera que el propósito es “movilizar a los casi 200.000 militantes, a los que debe vincularse en trabajo de voluntariado. Sería muy deseable ver a cientos de militantes del PSOE aportar su conocimiento y su solidaridad”.

Por último, la llamada al ‘Gobierno’ plantea presentar al PSOE como el partido que, además de presentar un “cambio seguro”, tiene capacidad para “llevar las riendas de la gobernación”. Conscientes, eso sí, de que “la ciudadanía está esperando un relato alejado de las formas tradicionales de la política”.

En el preámbulo del borrador, los socialistas entienden que existen dos corrientes entre la ciudadanía, una “de la indignación” y otra “de la seguridad, menos dominante y expresiva” que cree que “es necesaria la reforma pero no la revolución”. Con este escenario, expone la situación en la que concurrirán a las elecciones PP, Podemos y PSOE.

De los populares vaticina que apelarán “al voto del miedo” pero calcula que la formación de Mariano Rajoy “ha perdido más o menos cuatro de cada diez votantes” desde 2011. Recela, además, de su discurso sobre la recuperación económica porque, “de confirmarse la muy deseable mejora de la situación económica española, ésta será lamentablemente raquítica”.

En cuanto a Podemos, propone llamarles “extremistas” en vez de populistas y sostiene que “cuanto mejor sea la evolución de la economía española, peor le irá a Podemos”. Lo que defiende es que los socialistas revelen el discurso “hipócrita y engañoso” que ofrece sin que eso ofenda a sus simpatizantes. Augura que el apoyo que ahora tiene el partido de Pablo Iglesias irá “erosionándose según se conozca su funcionamiento real”. “Es previsible que la realidad del juego político termine por poner a Podemos en el lugar que con seguridad le corresponde: un partido más, situado en el lugar –ampliado, quizá– que tradicionalmente ocupaba Izquierda Unida”.

Y, por último, sobre lo que tiene que hacer el PSOE para ganar la confianza de sus electores, el documento plantea presentarse como el partido de “la reforma serena”, “frente a la derecha y la extrema izquierda”, que remarque que es el partido “que más se parece a España” y que genera menos rechazo que Podemos. Según los datos de los socialistas, Podemos tiene una tasa de rechazo del 40% y ellos, en cambio, del 20%.

“Es perfectamente verosímil que tras las próximas generales el PSOE pueda formar Gobierno. Si tal cosa sucediera (…) los españoles ven a los socialistas y a Pedro Sánchez como la fuerza más capacitada para establecer acuerdos”, concluye.