Alfa: “Estoy en un momento de la hostia”
El cantante vuelve a los escenarios con una trilogía, tres EPs que muestran su lado más guitarrero porque, asegura, por fin ha dejado atrás el sentido trágico de la vida
Madrid
Si hoy hubiera que elegir una palabra para definir a Alfa (Alfredo Fernández) la mejor elección seguramente sería euforia. El cantante derrocha energía. Asegura que no le ha pasado nada especial en los últimos tiempos pero por alguna razón que desconoce, al fin, como él mismo reconoce, ha aprendido a desprenderse del “sentido trágico de la vida”.
Se encuentra en su mejor etapa y por ello ha iniciado un juego con su público: sacar una triología. Tres EPs que saldrán a la venta progresivamente, con la intención de mostrar su música en pequeñas píldoras.
El primero de ellos, ‘Destierro en San Dimas’ ya ha salido a la venta. En esta primera entrega Alfa habla de su inicio, de ahí que haya escogido como título el nombre de la calle donde se encuentra el Siroco, la sala madrileña que le vio nacer no solo como artista, sino también como persona. “Allí rompí el cascarón y no es que sea donde he echado mis primeros polvos, es que fueron mis mejores polvos”, asegura.
En la sala, que cumple su 25 aniversario, Alfredo ha visto pasar una parte muy importante de su vida, no solo porque sea el lugar donde empezó a tocar, sino porque allí forjó amistades que hoy todavía duran.
Hace tiempo que Alfredo inició su carrera en solitario, después de pasar por grupos como ‘Le Punk’ o ‘Buenas noches Rose’, sin embargo es ahora cuando Alfa ha mostrado su lado más cañero, dejando atrás los teclados y las canciones que solo hablaban del lado más amargo de la vida. “Llega un momento en el que a uno le apetece hacer lo que le da la gana y ahora, no sé por qué razón, me encuentro en un momento de la hostia”, explica entusiasmado por su nuevo proyecto.
Alfredo Fernández, Alfa, durante la grabación del vidoclip 'Los amores bastardos'
Alfa trata de hacer un repaso a su vida, un viaje en el tiempo. Por eso en el single de su primer EP, ‘Los amores bastardos’, en el que ha contado con la colaboración de la cantante Rozalén, aparece un niño que regresa a Asturias, su tierra, para recoger el lado bueno de su vida. Y lo tiene claro, lo único que guardaría en una caja son las personas que le han acompañado en los mejores momentos de su vida, aquellas con las que a pesar de que estuviera pasando por una mala racha siempre han estado ahí.
Para él “cualquier sitio es bueno siempre que haya música”, lo dice aún con la resaca después de grabar el segundo EP de esta triología, ‘Santa Cecilia y el Diablo’, que saldrá a la luz el próximo 6 de marzo. El título que ha escogido es un guiño a la patrona de la música, Santa Cecilia, y el patrón para los rockeros, el diablo, ese que les permite tocar la guitarra a cambio de su alma.
La tercera entrega se titula ‘El predicador eléctrico’, que se presentará el próximo 5 de junio y, como todo en este juego, también tiene su porqué. El cantante quiere hacer el papel de narrador y contar aquellas historias que no le tocan de cerca pero que si le han influido. “La culpa de esto la tienen amigos como Bob Dylan, que me impresionaron con sus historias de amor”, cuenta entre risas.
Y es que algo ha cambiado en Alfredo desde que saliera a la venta su primer disco en solitario, él mismo lo nota. “No es que viva en un descojone permanente pero algo ha cambiado”, explica. “Hay momentos en los que te das cuenta de que no hay que desperdiciar los buenos momentos y eso me pasa ahora”, añade.
Para ser testigo de esta transformación no hace falta más que dejarse llevar por su música.
