Griezmann enmudece San Mamés

Toda la mística que rodea a un estadio como San Mamés y a una afición incansable, se transmitió en un partido que pudo decantarse para cualquiera de los dos lados de la balanza, pero que se llevó el conjunto colchonero. El Atlético de Madrid, hoy de un gris casi blanco y con algunas bajas sensibles -Miranda, Koke y Mandzukic- aceptó las reglas impuestas por el rival y entró en un incesante duelo de ida y vuelta, en el que se encontró totalmente perdido en los primeros 45 minutos, pero que supo cambiar las tornas en la segunda mitad, completando una remontada de película para llevarse tres puntos muy valiosos de un campo siempre difícil con un Griezmann que mostró la plenitud de su juego.

En el comienzo, no encontró su hoja de ruta habitual, perdió el sendero que ha marcado el Cholo desde que regresara al Calderón y no fue capaz de controlar la situación. Tal es así que su rival utilizó sus armas en su contra. El gol del Athletic llegó a balón parado, una de las parcelas que más dominan los hombres de Simeone. Mikel Rico cazó el centro y envió un cabezazo imparable para Moyá ante el despiste de toda la defensa.

Acechaban los fantasmas de la derrota ante el Villarreal y ‘los leones’ siguieron disponiendo de jugadas de peligro. Aduriz desaprovechó una ocasión de oro para aumentar la diferencia. Hizo bien el desmarque, pero no tan bien su recorte al defensor y Siqueira apareció para evitar el drama. Ya se sabe que cuando se perdona, se acaba pagando.

La segunda mitad comenzó de forma trepidante y los del Cholo por fin hicieron acto de presencia en San Mamés. Tras unos cuantos pelotazos de unos y otros, el Atlético bajó el balón al suelo, lo puso a rodar, conectó una gran jugada y el centro preciso de Juanfran lo acabó rematando Griezmann para igualar la contienda. El delantero galo, muy activo en la primera mitad, con ganas de demostrarle a Simeone que él es su hombre en el ataque, remachaba la jugada y levantaba la moral de su equipo.

En esos minutos eléctricos llegó la caída de Tiago dentro del área rival. El árbitro vio penalti y no hubo ni intento del defensor, el centrocampista portugués cayó solo. La pena máxima la transformó Raúl García y daba la vuelta al marcador tras ocho minutos de completa locura. La decepción llegó al público bilbaíno, pero su equipo sacó garra, se echó adelante y buscó el empate.

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Acto valiente que fue penado por Griezmann aprovechando los espacios que dejaba el Athletic. Antoine certificaba la remontada y se quedaba con hambre de más. Vio por dónde podría ahondar más en la herida y aprovechó una nueva abertura para conseguir un 'hat-trick' y certificar el cuarto del Atlético, sentenciar el choque y aferrarse en vilo en la lucha por la Liga.