El PP aprueba en solitario la reforma del Código Penal
La oposición critica la reforma por regresiva, populista e innecesaria
El PP aprueba en solitario la reforma del Código Penal. En la imagen, Rafael Catalá, ministro de Justicia en el Congreso
Madrid
El pleno del Congreso de los Diputados ha aprobado la reforma del Código Penal sólo con los votos del PP, lo que ha lamentado toda la oposición parlamentaria que ha reprochado al gobierno la falta de consenso y la chapuza que ha supuesto la tramitación exprés de la reforma cuando llevaba un año paralizada en la Cámara.
La incorporación de la prisión permanente revisable, la elevación de la edad mínima de consentimiento sexual de los 13 a los 16 años, el endurecimiento generalizado de penas o las insuficientes medidas para combatir la corrupción han sido los puntos principales en los que la oposición ha basado sus duras críticas.
La nueva pena de prisión permanente revisable supone que en los delitos muy graves se revise la pena a los 20 o 25 años y si el preso no demuestra estar reinsertado se mantenga su internamiento de por vida. Para la oposición se trata en la práctica de imponer la cadena perpetua. Para el popular Leopoldo Barreda estos argumentos son falaces: “Es la propia sociedad la que reclama que no sea igual matar a uno que a veinte, que no sea igual la condena sin tener en cuenta el alcance o el dolor causado o la impiedad de la conducta del criminal”. Para los grupos de la oposición la medida supone un auténtico obstáculo a la reinserción del penado. “Es totalmente incompatible”, señalaba el portavoz socialista Julio Villarrubia. “El PP quiere que se pudran en la cárcel”, añadía el portavoz de la Izquierda Plural, Gaspar Llamazares.
Toda la oposición coincide en que esta reforma tiene poca defensa y comparte la contradicción que supone que se eleve la edad mínima de consentimiento sexual a los 16 años cuando el Código Civil permite el matrimonio a los 14 años. “De los 14 a los 16 que son, ¿amiguitos?”, se preguntaba con ironía Rosa Díez de UPyD.
El PP ha presumido de que su reforma está diseñada para combatir la corrupción y perseguir a los corruptos pero la oposición cuestiona esta afirmación. Es verdad que se contempla por primera vez el delito de financiación ilegal y que se deniega la libertad a los corruptos que no hayan devuelto el dinero que han obtenido ilícitamente de las arcas públicas, pero también es cierto que el PP ha impuesto que se castigue sólo con multa la donaciones ilegales que no superen los 500.000 euros. Si no se supera esa cantidad no habrá pena de cárcel. UPyD ha lamentado que no se regule el enriquecimiento ilícito ni la existencia de cajas “B”.
Al finalizar el debate el ministro de Justicia ha tomado la palabra para agradecer el trabajo de los ponentes. Ha dejado la puerta abierta a que la reforma sufra algún cambio en su tramitación en el Senado aunque cree que el texto tiene “un alto valor de mejora técnica y democrática”.