Costa de Marfil se corona en una épica tanda de penaltis
Una épica tanda de penaltis, que necesitó veintidós lanzamientos y que erigió en héroe al portero Boubacar Barry Copa, autor de la última parada y del último gol en los tiros, coronó a Costa de Marfil, por segunda vez en su historia, como campeón de la Copa de África.
Madrid
El conjunto marfileño, que disfruta de una transición de jugadores pero que aún se sostiene en futbolistas que marcan el paso en alguno de los relevantes clubes del Viejo Continente, salió airoso de su duelo ante Ghana, que puso más durante el tiempo de juego pero al que los once metros le dieron la espalda.
La tanda, incluso, estuvo llena de incertidumbre. Costa de Marfil falló los dos primeros. Ghana los anotó. Pero el equipo del israelí Avram Grant anotó uno de los tres restantes y permitió la resurrección marfileña, que anotó los tres. Después los tiros fueron al fallo. Nadie marró y la responsabilidad llegó a los porteros. Brimah Razak y Copa frente a frente.
- ficha técnica
El ghanés, que juega en el Mirandés, falló el suyo. Lo detuvo Barry Copa. Después, el portero del Lokeren belga, que no fue titular en la mayoría de los partidos de su selección en el torneo, batió a su adversario. Fue el héroe de la final.
Costa de Marfil volvió a dejar su destino en mano de los penaltis. Así ocurrió también en las otras tres finales de la Copa África que disputó. Todas ellas, igualmente, terminaron sin goles. Pendientes de los once metros. Dos de ellas las perdió. Ante Egipto en Egipto 2006 y contra Zambia en Gabón/Guinea Ecuatorial 2012. Solo ganó la de Senegal 1992.
Ghana, por su parte, afrontaba su novena final con la intención de recuperar la corona, lograr su quinto título tras los de 1963, 1965, 1978, 1982 y aproximarse a Egipto, que con siete trofeos es el equipo más laureado.
Costa de Marfil irrumpió en el duelo con fuerza, al ritmo impuesto por Yaya Touré, que se hizo el amo del centro del campo. Ghana tardó en acoplarse a la situación pero traspasado el cuarto de hora inicial arrebató la iniciativa a su adversario.
Fue el centrocampista del Everton Christian Atsu el que asumió la responsabilidad del equipo que dirige el israelí Avram Grant, en su día técnico del Chelsea.
De hecho, fue Atsu el que tuvo la ocasión más clara del partido, con un remate al palo. Un lanzamiento desde la media luna. Una respuesta tras encontrarse la pelota suelta en los aledaños del área.
Previamente había sido el equipo marfileño el que había amenazado la meta de Brimah Razak, con un tiro fuera a pase de Gervinho tras un error de la zaga ghanesa.
Ghana se hizo con el juego pero mientras le duraron las fuerzas tuvo el balón pero sin poner a prueba a Boubacar Barry Copa.
La exigencia de la competición pasó factura a ambos y el partido se rompió en el ecuador de la segunda parte. El choque fue un vaivén. Pero sin ocasiones. Ambos alcanzaban con facilidad la zona de tres cuartos rival. Pero pasar de ahí era otra cosa. Una falta lanzada por Mubarak Wakaso, que salió fuera por poco, fue la última opción de Ghana.
Sin goles el partido llegó a la prórroga. Avram Grant dio entrada a Jordan Ayew, en lugar de Kwesi Appiah. El atacante del Lorraine francés dio frescura al ataque ghanés, el que más buscó el gol mientras Costa de Marfil se aferraba, una vez más, a la inspiración de Gervinho y Wilfried Bony y al devenir en los penaltis, que finalmente le proporcionaron el éxito.