Un tesoro de Picasso oculto durante cuarenta años ante la justicia
Comienza el juicio en Francia contra dos octogenarios acusados de “ocultar” obras de arte de Pablo Picasso “robadas” durante cuarenta años y valoradas en 60 millones de euros
París
Pierre Le Guennec, 75 años y su mujer Danielle, de 72, acudieron en septiembre de 2010 a la Fundación Picasso para autentificar 271 obras inéditas del artista malagueño. Entre ellos algunos óleos pequeños, pero sobre todo litografías, obras de taller, dibujos, collage y un cuaderno de Picasso que la pareja había tenido guardadas durante cuarenta años en una caja de cartón, en el garaje de su casa. Su valor fue estimado en unos 60 millones. Los herederos de Picasso les denunciaron a la policía.
“Ningún conjunto tan importante de obras de Picasso en manos privadas había permanecido oculto tanto tiempo”, manifestó entonces Anne Baldasari, quien hasta 2014 fue directora del Museo Picasso de París y es una de las mayores expertas en el maestro malagueño, fallecido en Mougins (Provenza) a los 91 años en abril de 1973.
Pierre era un mecánico-electricista, incluso chófer, que junto a su esposa Danielle, hacían trabajos de reparación encomendados por Pablo Picasso y su última mujer, Jacqueline, en la última residencia del artista en la Provenza francesa.
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“Una tarde, después de hacer el trabajo encomendado, la señora me paró en el pasillo y me dijo: esto es para usted. Yo cogí la caja de cartón y la llevé al garaje de mi casa. Allí ha estado 30 o 40 años”, ha contado el anciano a Le Parisien.
Asegura que no tenía ni idea del valor material de las obras. Para él poseía sobre todo un valor sentimental, eran recuerdos de sus patrones.
¿Por qué semejante regalo?
Los herederos legales de Picasso acusan a los ancianos de robo. “Los Guennec eran considerados como familiares” han señalado algunos vecinos de la pareja. “Tomaban café o comían con Pablo y Jacqueline en ocasiones”.
Hay que tener en cuenta que entonces Jacqueline -la última esposa del artista- estaba enfrentada con su familia que le reprochaba “haber secuestrado al maestro”. Picasso tuvo cuatro hijos reconocidos nacidos de tres mujeres diferentes, dos de ellos fuera del matrimonio.
Pierre Le Guennec afirma que sólo se preocupó de valorar los dibujos cuando se vio enfrentado a la enfermedad y la vejez. El abogado de los ancianos argumenta que si los hubieran robado, como sostienen los hijos de Picasso, los habrían ido vendiendo poco a poco. Y desde luego no hubieran acudido a la Administración Picasso para valorarlos.
La defensa de los herederos de Picasso considera que haberlos guardado tanto tiempo manifiesta la “mala fe” de los jubilados.
Ya existen varios precedentes de otros litigios en los que han perdido los herederos. Esto se debe a que Picasso no paraba de trabajar – dejó 50.000 obras- y dibujaba hasta en las servilletas de los restaurantes. Y, sobre todo, porque Picasso murió sin dejar testamento y muchas obras no estaban catalogadas.