Tres partidos para volver a ganar un título

Acostumbrados a celebrar en las últimas temporadas como mínimo un título al año, los jugadores del Barça ya hace demasiado tiempo que no disfrutan de la sensación de levantar una copa. La temporada pasada sólo conquistaron un trofeo menor, la Supercopa de España, y de eso hace ya un año y medio, fue en agosto de 2013. El último gran título fue la Liga de los cien puntos que conquistó el malogrado Tito Vilanova.

Por ello, la Copa del Rey es una gran oportunidad para Luis Enrique, que está a sólo tres partidos de poder conquistar su primer título como técnico azulgrana. Tras un inicio de curso con muchas dudas y superada la crisis de Anoeta con una racha de nueve victorias consecutivas, colarse en la final de Copa en el mes de marzo le daría mucha tranquilidad y confianza al asturiano.

Históricamente la Copa del Rey ha sido un flotador al que el Barça se ha agarrado con frecuencia. En épocas en las que las Ligas eran cada año blancas y la Copa de Europa sólo era un sueño, la Copa le servía al Barça para salvar la temporada y era el pasaporte para ir a Europa y consolar la ausencia del máximo trofeo continental ganando Recopas. Por algo el Barça es el Rey de Copas del fútbol español.

A la espera de lo que pueda suceder en marzo con Liga y Champions, en la que en sólo una semana los duelos ante Manchester City y Real Madrid marcarán el listón real de las aspiraciones del Barça de Luis Enrique, la Copa se vuelve a presentar como el recurso de emergencia más fiable para intentar asegurar un título. De ahí que el Barça ante el Villarreal y en los tres partidos que le separan del trofeo, se juegue mucho más de lo que parece.