Los niños ucranianos aragoneses, también llamados a la guerra
Es el caso de un joven ucraniano residente en Huesca que prefiere guardar su nombre
Huesca
No hay datos exactos de cuántos jóvenes ucranianos residentes en Aragón están siendo llamados a filas para ser enviados al frente de la guerra que libra el país balcánico contra su vecina Rusia, pero lo cierto es que las misivas para reclutarlos se cuentan por cientos. Los niños, con apenas 18 años, permanecen un mes en un campo de adiestramiento y luego parten hacia una guerra desigual, entre una superpotencia militar como es Rusia y un país, Ucrania, en el que campa a sus anchas la corrupción, el hambre, la injusticia y las mafias.
Este es el caso de un joven ucraniano residente en Huesca que prefiere guardar su nombre en secreto. Llegó a España con cuatro años, hoy vive en la capital oscense. Es uno de los mejores alumnos del centro donde cursa sus estudios pero no duerme desde que llegó la carta recordándole que tiene que alistarse. Cada vez que en los informativos se habla de Ucrania se viene abajo, cuenta su madre.
Como este caso hay cientos en Aragón, y aún peores.
Existe en la comunidad una asociación que venía acogiendo a muchachos ucranianos para que pudieran estudiar en España, pero el Ministerio de Exteriores les obliga a devolverlos a Ucrania todos los años al terminar el curso. Las familias españolas tienen claro, que si regresan, serán reclutados y enviados al frente.
Ucrania es un país en declive, en el que hay una desconfianza generalizada. La corrupción es el pan nuestro de cada día y el estado como fórmula de protección es algo que no existe. Los huérfanos terminan en la delincuencia, en los orfanatos no les dan de comer.
Algunos de estos huérfanos están acogidos, pero no adoptados en España, y en verano tienen que volver a un país que repudian. Las familias de acogida, ante esta situación, deciden pasar los veranos con ellos en Kiev para protegerlos. Un drama que viven en silencio.