Lenta agonía para el Parma
El conjunto italiano, un clásico de los años 90 gracias al imperio de Parmalat, vive con incertidumbre los que podrían ser sus últimos días en el fútbol profesional.
“Desde el 15 de noviembre en el vestuario no se habla de fútbol. Nos hemos sentido traicionados y engañados por Ghirardi. Estoy dispuesto a descender y ser el capitán del equipo en liga amateur. Parma y el Parma son parte de mi”, son palabras de Alessandro Lucarelli, capitán del Parma. A sus 37 años no podía imaginar que la temporada se desarrollase de esta forma para el club italiano. Él sigue pero muchos jugadores (Cassano, Paletta, Pozzi), hasta diez, abandonaron el barco en el mercado invernal al conocer la grave crisis por la que atraviesa el club.
El pasado fin de semana el Parma vio cómo se anulaba su partido de liga ante el Udinese; el club no podía garantizar la seguridad en el estadio. “Querían que jugásemos a puerta cerrada pero nos hemos negado. ¿Y la gente que ha pagado el abono al inicio de temporada? El fútbol tiene que ser con los aficionados”, dijo Lucarelli. La escasez de dinero llega a tal punto que no pueden pagar la luz y como afirmó Hernán Crespo (máximo goleador de la historia del club) ni siquiera pueden ducharse con agua caliente en las instalaciones. “Ya no hay servicio de tintorería, los jugadores nos llevaremos las camisetas a lavar a casa”, expresaba el capitán del equipo. El domingo juegan ante el Genoa; los jugadores se van a desplazar en sus vehículos particulares.
El Parma está a escasos meses de cumplir 102 años de historia; nació en 1913 con el nombre de Verdi F.C., en honor al músico del mismo nombre. Su camiseta la han vestido jugadores de la talla de Cannavaro, Dino Baggio, Stoichkov, Inzaghi, Hernán Crespo o Verón, y “un tal” Buffon llegó al club con 13 años para salir con 23 camino a la Juventus y convertirse en uno de los mejores porteros del mundo. Sacchi, Ancelotti o Prandelli han sido algunos de los ilustres inquilinos de su banquillo.
Lograron el ansiado ascenso a la Serie A con Nevio Scala en la temporada 89/90. Se estrenaron en la máxima categoría italiana con un quinto puesto gracias a fichajes de renombre como el portero Taffarel o el sueco Tomas Brolin. Los 90 fue su época dorada: un subcampeonato de Liga, tres Copa de Italia, 2 Copas de la UEFA, 1 Recopa y 1 Supercopa de Italia. El empresario Calisto Tanzi, fundador del imperio Parmalat, estaba detrás de todos estos éxitos. “Casi todos los periodistas extranjeros llaman Parmalat al equipo y no Parma. Es un error virtuoso”, reconocía en su día Domenico Barili, director de Marketing de Parmalat. Eran buenos tiempos para la empresa de lácteos, para el Parma y para Tanzi, que no dudó en traer a grandes jugadores a un alto precio, quizá demasiado. Su fortuna era incalculable y se dice que presumía de tener un velero familiar de dos mástiles, treinta metros de eslora y 10 hombres en la tripulación.
Pero en 2003 saltó uno de los mayores escándalos empresariales de todos los tiempos cuando se descubrió que Parmalat tenía una deuda de 14.000 millones de euros. Tanzi fue condenado por fraude empresarial en la que es considerada la mayor bancarrota empresarial de Europa de todos los tiempos.
El equipo se mantuvo en la parte media de la tabla, salvo un descenso en 2008 que solventó al año siguiente. Pero ya no hubo más títulos. El año pasado la Alta Corte de la Justicia Italiana le negó la licencia para jugar en Europa (terminó 6º en la Liga y podía jugar la Europa League) por sus deudas fiscales, unos 300.000 euros. Su puesto lo ocupó el Torino que acaba de eliminar al Athletic. El pasado mes de noviembre fueron sancionados con 1 punto por impagos a sus jugadores. El presidente, Tommaso Ghirardi, vendió el club hace menos de un mes a Giampietro Manenti por el simbólico precio de 1 euro, un club que arrastra una deuda de unos 200 millones. El nuevo dueño se comprometió a dar oxígeno al Parma saldando sus deudas inmediatas (con fisco y jugadores), pero ese dinero aún no ha llegado.
La Fiscalía de Parma solicitó la quiebra del club por sus irregularidades fiscales y ya se ha fijado audiencia para el próximo 19 de marzo. Día clave para un histórico en horas bajas tras una mala gestión que le ha llevado a tener que poner en venta hasta los banquillos del vestuario.