Menos poder para los partidos
El PSOE plantea que las listas electorales sean abiertas y la renuncia a las cuotas partidistas en órganos reguladores y constitucionales
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante su intervención hoy en el encuentro informativo Foro Líderes / JUAN CARLOS HIDALGO (EFE)
Madrid
Nueva propuesta para reformar la Ley Electoral limitando la capacidad de decisión y los tentáculos de los partidos políticos. El objetivo: avanzar en lo que los socialistas dicen que es un “nuevo tiempo”.
Viene de la mano del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, quien ha anunciado su intención de incluir en el programa del partido para las elecciones generales la reforma del sistema electoral para que los ciudadanos puedan elegir a los candidatos que prefieren dentro de la lista.
La Ley española actual diseña un sistema de listas cerradas y bloqueadas que deja en manos de los partidos la selección de los nombres que se someten a la votación de los ciudadanos. Es un método que facilita que los mejores posicionados, con opciones reales para obtener escaño, sean aquellos que tienen los parabienes de aparatos de los partidos. Eso no siempre significa que sean quienes tienen más tiron electoral, que son muchos los factores de la vida orgánica de los partidos que terminan influyendo en la configuración definitiva de la candidatura.
Sánchez, que habla a diario de recuperar el pacto intergeneracional que se selló en la Transición y que hoy da por roto, considera que ésta puede ser una de las medidas de regeneración democrática que permita reforzar los lazos con la ciudadanía. En el Foro Líderes que organizan la agencia EFE y KPMG, el secretario general de los socialistas ha defendido la necesidad de "abrir las listas hoy cerradas" y, de este modo, "empoderar a la ciudadanía", dándole un mayor papel en la elección de los cargos públicos.
A ese mismo objetivo responde otra de las medidas en las que trabajan los socialistas y que supone un cambio importante en la cultura orgánica de las fuerzas políticas en España: eliminar su derecho a las cuotas en los órganos reguladores y constitucionales. Se trata de que los partidos renuncien a sentar a sus representantes en este tipo de foros en los que, en la actualidad, se suelen reproducir los discursos y las batallas partidistas.
La idea es que esos órganos se enriquezcan con las aportaciones de personalidades con voz propia a costa de que los partidos pierdan sillones y, como consecuencia, capacidad de contentar a determinados facciones de la organización vía nombramientos.
