Muere Terry Pratchett , creador de 'Mundodisco'
El segundo autor británico de ficción más vendido –tras J.K Rowling, creadora de Harry Potter– ha muerto a los 66 años
Madrid
Terry Pratchett (Beaconsfield, 1948) era, entre otras cosas, el inventor del ‘Mundodisco’, un universo de fantasía formado por un mundo plano, sostenido por cuatro elefantes que a su vez se apoyan en una gran tortuga, la Gran A`Tuin. Sin embargo, sus libros estaban llenos de una descarnada realidad, satirizada gracias a la fantasía. Valiéndose de una fina ironía, que nunca caía en el cinismo, Pratchett contaba la cotidianidad valiéndose de trolls, gnomos, enanos, brujas listas o magos torpes. Retrató con increíble destreza el mundo del periodismo en ‘La Verdad’, el universo bancario en ‘Dinero a Mansalva’, la religión en ‘Dioses menores’, el racismo en ‘Snuff’ o el fútbol en ‘El atlético invisible’, llegando a escribir más de 70 libros, 40 de ellos solo de la saga de ‘Mundodisco’, así como relatos cortos, novelas juveniles o guiones.
Creó nombres memorables, como la propia Muerte que, además de aparecer constantemente en su bibliografía, posee varios libros propios, el mago Rincewind, el bibliotecario orangután o el sargento Vimes. Personajes cuya simple concepción puede ser ficción pero no así sus comportamientos, reconocibles para todos. Olvídense de magia salvadora o de grandes héroes y guerreros. Pratchett, a diferencia de otros relevantes autores de fantasía, no dotó a sus protagonistas de poder alguno, la gran mayoría de las veces ni siquiera de épica. Son torpes, dudan, tienen miedo y mala suerte.
Ese universo, fantasioso y tan real, le llevó a ser el segundo autor británico de ficción más vendido –tras J.K Rowling, creadora de Harry Potter– y le reportó varios títulos de Doctor Honoris Causa y el título de caballero del Imperio, que le convirtió en sir, concedido por la reina Isabel II por sus servicios a la literatura. En 2007, él mismo anunció que tenía un alzhéimer prematuro, incidiendo en que “no estaba muerto”. Ocho años después su editor ha anunciado su muerte, a los 66 años, "en su casa, con su gato durmiendo en su cama y rodeado de su familia”.