Una serie de crímenes sin resolver lleva a la cárcel a su protagonista
El millonario Robert Durst, en el punto de mira de tres asesinatos, era protagonista de una serie de la HBO. El día del último capítulo del documental, fue detenido acusado de presunto homicidio
Robert Durst, el heredero de una adinerada familia neoyorquina y protagonista de una serie documental de la cadena HBO sobre varios crímenes sin resolver, fue arrestado en Nueva Orleans en el marco de una investigación llevada a cabo en Los Ángeles, según han confirmado las autoridades.
Durante años, las sospechas han rodeado a Durst por la desaparición de su primera mujer en 1982 y por la muerte de un amigo hace 15 años. En 2003, Durst fue además declarado inocente del homicidio de un vecino, al considerar el jurado que actuó en defensa propia, a pesar de que después descuartizó el cadáver.
El sospechoso fue detenido a última hora del sábado en Nueva Orleans, según aparece este domingo en el registro público que mantiene la oficina del sheriff de la ciudad. Los agentes llevaron a cabo el arresto en cumplimiento de una orden remitida desde el condado de Los Ángeles, en California, de la que por ahora no han trascendido detalles.
La detención se produjo pocas horas antes de la emisión esta noche del último episodio de 'The Jinx: The Life and Deaths of Robert Durst', la serie documental producida por HBO sobre el excéntrico millonario.
Según varios medios de comunicación, la Fiscalía de Los Ángeles decidió reabrir tras el comienzo del programa la investigación sobre el asesinato en el año 2000 de Susan Berman, una amiga íntima de Durst, aunque por ahora no se sabe si la detención está vinculada a ese caso.
En 2003, Durst se libró de la cárcel después de que un jurado de Texas considerase que actuó en defensa propia cuando mató a Morris Black, un vecino que vivía al otro lado del pasillo de un edificio de apartamentos. Según la versión oficial, Morris falleció cuando los dos hombres forcejeaban por una pistola que se disparó por accidente.
A continuación, Durst descuartizó el cadáver y arrojó los restos a la bahía de Galveston (Texas), algo que justificó en su temor de que las autoridades no creyeran que el disparo había sido fortuito.
El jurado aceptó la versión de la defensa propia, frente a la teoría de los fiscales de que el acusado había cometido un asesinato para apropiarse de la identidad de la víctima.
Durst, con problemas legales desde hacía años, vivía en Galveston desde 2000 haciéndose pasar por una mujer muda, y los fiscales afirmaron durante el proceso que se trata de "un asesino a sangre fría".
El año pasado, el heredero de la fortuna inmobiliaria de la familia Durst fue arrestado en Houston, también en Texas, por orinar en la sección de chucherías de una tienda.