La intensidad como seña de identidad
El argentino llegó en diciembre de 2011 para convertir un equipo sin carisma en uno de los conjuntos más temibles de Europa. El Atlético insiste en su fórmula para prolongar la mejor racha de su historia reciente

El argentino Diego Pablo Simeone, durante un encuentro del Atlético en la temporada 2012-13.(Getty Images)

El Atlético y Simeone quieren seguir juntos hasta 2020. Al menos eso es lo que han pactado en la renovación que acaban de acordar para continuar con la mejor racha que han vivido los rojiblancos en muchas décadas y que tuvo su punto álgido con el título de Liga logrado la temporada pasada.
Si el contrato de renovación se cumple, Simeone estará al frente del Atlético casi una década. Este periodo comenzó en diciembre de 2011, cuando los directivos del club del Manzanares recurrieron a su carisma como leyenda del doblete de la temporada 1995-96 para sacar al equipo de un estado en el que parecía un conjunto sin alma, perdido en la Liga y eliminado de la Copa por el Albacete.
Simeone debutó con un empate en Málaga. Fue un punto que a muchos les supo a poco. Algunas crónicas dicen que el equipo aburrió, que no jugó a nada… Pero para Simeone fue su primer triunfo en el banquillo rojiblanco, ya que logró mantener su portería a cero y empezar a inocular en el equipo el virus de la intensidad que al final ha terminado dando lugar a un equipo campeón.

Simeone, en el banquillo del Vicente Calderón.

Simeone, en el banquillo del Vicente Calderón.
Porque Simeone tuvo la suerte y el acierto de terminar aquella temporada con un título, el de la Europa League. Lo conquistó borrando del campo al Athletic en la final de Bucarest, en la que Falcao, con sus dos goles, se confirmó como la gran estrella de un bloque que precisamente se caracteriza más por el trabajo de equipo que por sus figuras.
El técnico no pudo meter al equipo en la Champions, pero al comienzo de la temporada siguiente logró llevar al Atlético a lo más alto del fútbol europeo con su triunfo en la Supercopa de Europa ante el Chelsea (4-1). Falcao volvió a ser determinante con sus tres goles en el partido.
El colombiano brilló esa temporada, pero el gran descubrimiento de Simeone fue otro delantero: Diego Costa. Suyo fue uno de los dos goles con los que el Atlético conquistó la Copa del Rey en el Bernabéu ante el Real Madrid en una victoria que no solo valía un título, sino que rompía la racha de 14 años de los rojiblancos sin ganar al eterno rival.
Ahí es donde el Atlético de Simeone se hizo mayor de edad. Porque ese día ya no quedó duda de que los rojiblancos eran capaces de las gestas más difíciles. Las claves, una intensidad siempre superior a la del rival, un trabajo en el centro del campo que hacía imposible a los rivales llegar hasta el marco de Courtois, un enorme acierto de los Falcao y Costa para resolver las ocasiones a favor…
En ese momento el Atlético se supo campeón. Y el fútbol español y europeo empezaron a ser conscientes de ello. Simeone ya era uno de los técnicos más reconocidos del mundo y muchos lo echaron de menos en la tripleta de entrenadores que optaron a ser el mejor del mundo en 2003. No le importó demasiado al argentino, que terminó de construir uno de los bloques más temibles del mundo. El Atlético ganó la Liga y acarició la Champions en una final que se quedará clavada para siempre como una espina en el corazón de los rojiblancos.

Simeone, manteado por sus jugadores en el Camp Nou, donde el Atlético se proclámó campeón de Liga la temporada pasada.

Simeone, manteado por sus jugadores en el Camp Nou, donde el Atlético se proclámó campeón de Liga la temporada pasada.
En la temporada siguiente, la que todavía está en curso, Mourinho le quitó a Simeone tres de sus pilares fundamentales: Courtois, Diego Costa y Filipe Luis. El Atlético lo ha notado, pero el hecho de tener tan asimilado el libreto de le ha permitido seguir siendo un equipo temible en Europa. Está lejos de la pelea por el título y el Barcelona lo apeló de la Copa, pero está ante su reto más grande: eliminar al Real Madrid en los cuartos de final de la Champions.
Los rojiblancos, en cualquier caso, llegan con la confianza que les da su estilo. Esa competitividad que les ha hecho ganar cuatro de los seis partidos en los que este año se han enfrentado al Real Madrid. La que le ha llevado a tantos títulos. La que le ha permitido sobrevivir a la marcha de tantos jugadores importantes. Esa intensidad que el Atlético quiere seguir exprimiendo hasta 2020 con su artífice, Diego Pablo Simeone, en el banquillo rojiblanco.

Alfredo García
Coordinador digital de las emisoras de la SER. Anteriormente, y durante más de una década, fue responsable...




