El PP desconfía de la estrategia de Rajoy
Después de los resultados cosechados en las andaluzas, en las filas conservadoras ya no se creen los mensajes de su líder. Los populares dicen que Rajoy les pide “un acto de fe” de cara a las elecciones municipales y autonómicas.

Rajoy durante la inauguración cel Centro de Arte Pompidou de Málaga / Jorge Guerrero (AFP)

En las filas del Partido Popular se están instalando varios sentimientos: la desconfianza, la incredulidad, la frustración y el enfado. Todos relacionadas y provocados por la misma persona, por Mariano Rajoy. Con su análisis de los resultados en Andalucía, el presidente del Gobierno ha logrado que, de nuevo, se eleven voces internas criticando su inacción.
Para empezar los mensajes que el jefe del Ejecutivo trasladó en el último Comité Ejecutivo Nacional ya no convencen a los suyos. Por mucho que lo repita en cada encuentro, les cuesta mucho creer que el PP va a ganar las próximas elecciones municipales y autonómicas en España y consideran que Rajoy les pide “un acto de fe” sin aportar soluciones.
Después cada vez son más los escépticos con la estrategia que se está llevando a cabo. Opinan que no todo es vender la recuperación económica. Les gustaría que Rajoy se diera cuenta de que no basta con fiarlo todo a esa carta porque no es un discurso que esté calando en la sociedad.

GRA143. MADRID, 23/03/2015.- El vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, durante la rueda de prensa que ha ofrecido hoy tras la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del partido. EFE/Sergio Barrenechea / Sergio Barrenechea

GRA143. MADRID, 23/03/2015.- El vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, durante la rueda de prensa que ha ofrecido hoy tras la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del partido. EFE/Sergio Barrenechea / Sergio Barrenechea
Y cada vez están más disgustados porque tienen la sensación de que se encaminan hacia el precipicio con una venda puesta en los ojos. Muchos dirigentes territoriales piensan que se van a estrellar. No saben si después de lo de Andalucía es bueno que Rajoy se implique tanto en campaña porque no ha servido de nada y echan en falta que alguien le hable claro a su jefe de filas. “Vive en su mundo”, dice más de un dirigente. Y le piden que sea realista y se deje de hablar de cara a la galería.
Pero, lo cierto, es que aunque en público no se ha hecho autocrítica por haber perdido tantos votos, el análisis sí que se ha realizado en privado y en la cúpula del PP son muy conscientes de la importante derrota que han sufrido. Rajoy también, aunque él sigue manteniendo su hoja de ruta, con la vista puesta en las generales.
En el partido dicen que María Dolores de Cospedal está cada vez más molesta por cómo se están desarrollando los acontecimientos, hace tiempo que no comparece en rueda de prensa y todos dan por hecho que prefiere centrarse en Castilla-La Mancha.
Pero, además, los conservadores creen que a sus vicesecretarios – Carlos Floriano, Javier Arenas y Esteban González Pons - ya les da todo igual. Los ven muy conformistas y más preocupados por su futuro que por los asuntos del partido. A muchos populares les sorprendió que fuera Pablo Casado, portavoz de la campaña de mayo, el responsable de dar la cara la noche electoral, con todos los demás cargos del comité de dirección, sentados en sus despachos de Génova.
Y, por último, contemplan también con inquietud la desidia de los barones. Confían en que ellos le transmitan críticas a Rajoy. Pero ven que están a lo suyo y que ya ni siquiera acuden a las reuniones. En el último Comité Ejecutivo Nacional, desde Génova se justificó la ausencia de prácticamente todos los líderes regionales, muy comentada, diciendo que tenían tarea. Pero la verdad es que cada vez van menos porque los encuentros son cada vez más cortos y no hay ningún tipo de debate.
En el PP piden cambios, nuevas caras, un giro de estrategia, algo nuevo. Pero nadie hace nada y se desesperan. Desde la cúpula se le trasladan a Rajoy algunas ideas para mejorar. El presidente del Gobierno suele preguntar si lo que se plantea puede funcionar y le da el visto bueno, pero, después, al final, la mayoría de los temas no se ponen en marcha. Además, en la dirección nacional del PP dicen que se dispone de muy poco tiempo para hacer ahora experimentos porque las elecciones de mayo están a la vuelta de la esquina. Y, dentro del partido, recuerdan que como se produzca una debacle la capacidad de reacción para las generales será aún menor.
Los populares se dan cuenta de que cada vez resultan más antipáticos y miran con recelo cómo Ciudadanos les va robando apoyos. Algunos cargos reconocen que no se hace nada por generar empatía y que, desde luego, algunos ministros con sus declaraciones, como Montoro, no hacen más que perjudicar la marca del PP que ya está muy tocada.




