Tribunales

El juez de paz que nunca estaba porque nunca llegaba

El Supremo suspende durante dos años al juez de paz de la localidad madrileña de Griñón tras dejar de celebrar 19 juicios de faltas, 52 actos de conciliación y no acudir a la apertura de expedientes matrimoniales de 30 parejas

Madrid

Dos años de suspensión por desatención e ignorancia inexcusable y 600 euros de multa por el incumplimiento reiterado del horario para las audiencias públicas. El juez de paz del municipio de Griñón tenía un larguísimo expediente de quejas, tanto de los ciudadanos afectados, como desde los propios funcionarios que trabajan en ese órgano.

En 2013 el Tribunal Superior de Justicia de Madrid comienza a conocer que está pasando en este juzgado de la zona suroeste de la región. Y lo que conoce no gusta nada. Hasta ese momento se han dejado de celebrar 19 juicios de faltas y esa dilación obliga a redactar 18 autos de prescripción. No hubo audiencia con denunciantes y denunciados, no hubo juicio y por tanto no hubo reparación,

Pero hay más. Como juez de paz está obligado a asistir a la apertura de los expedientes de matrimonio que se presenten en su municipio. Esa obligación pasa por preguntar a los contrayentes, por separado y de manera reservada, sus deseos y así poder detectar si se trata de un enlace de conveniencia.

De unos 30 expedientes abiertos, no celebró ninguna reunión con ninguna de las parejas. De hecho, un futuro matrimonio decidió buscar el enlace en otro pueblo.

Y ya para cerrar el círculo, el juez de paz decidió que se colgara un cartel en la sede del tribunal en el que se anunciaba que él no era el competente para celebrar matrimonios sino la secretaria judicial.

Ahora la Sala de Lo Contencioso-Administrativo ha confirmado esta sanción impuesta por el órgano de gobierno de los jueces. Un total de 24 meses de suspensión y 600 euros de multa.

 
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