El partido más difícil de un profesional
Jesús Gámez jugará en Málaga por primera vez en su carrera frente al equipo de toda su vida vistiendo la camiseta del Atlético de Madrid
Cuenta la leyenda que en el partido de la primera vuelta que enfrentaba en el Vicente Calderón al Atlético y al Málaga, Daniela, la hija de Jesús Gámez el lateral del Atlético de Madrid le pregunto desde la inocencia que poseen los niños pequeños:
“- Papa, ¿Pero entonces con quién vamos, con el Málaga o con el Atleti?”
No sería fácil para el futbolista de Fuengirola explicarle a su pequeña lo que es ser profesional del fútbol, lo que significa jugar en varios equipos a lo largo de una carrera y sobre todo lo raro que se hace enfrentarse al equipo donde has jugado toda la vida.
Y es el caso del futbolista malagueño que este sábado visita la Rosaleda, el lugar donde se formó como futbolista y persona, el lugar que le dio tantas alegrías, sufrimientos, partidos importantes y emociones. ¿Qué pasará por su cabeza cuando salte a ese césped en el que vivió el último ascenso del equipo de la costa del sol a primera división? ¿Qué pasará por su cabeza cuando empiece a calentar en la banda donde escuchó por primera vez el himno de la Champions?
Jesús dio un paso adelante en su carrera. No conocía más lugar que La Rosaleda y decidió probar fortuna y no en cualquier sitio si no en el campeón de Liga. Y no fue facil hacerse hueco, pero su polivalencia le ha servido para pasar por delante de los dos laterales zurdos del equipo. Tanto Siqueira como Ansaldi han visto como “el Ave de Fuengirola” ha decidido poner velocidad de crucero y hacerse hueco de titular indiscutible en la zaga del Calderón.
Llega al partido de Málaga en su mejor momento de la temporada, con la moral por las nubes y en vísperas de la eliminatoria de cuartos de Champions ante el Real Madrid. Durante el partido no le pidan cuentas, es un “guerrero del Cholo” y se ha adaptado a la filosofía del club del Manzanares de manera idílica: Trabajo, sacrificio y hambre.
Pero antes y después de los 90 minutos, Jesús será ese chico que sonríe cada vez que le hablan de la costa del sol, de alguna anécdota de sus nueve temporadas en los blanquiazules. Saludará a “los pichitas”, los utileros con los que tanto ha compartido. Se abrazará con Torrontegui, con Enrique, esa gente que nunca le olvidará y tras el partido se marchará de La Rosaleda con la sensación de que siempre será su casa… y supongo que tendrá que volverle a explicar a Daniela aquello de ¿Papa, porque somos del Atleti?