Política

Ferraz asiste como espectadora a la primera negociación del PSOE con los partidos emergentes

Ha habido descoordinación: el “con todos menos con el PP” de la dirección federal llegó cuando Díaz urgía a Mariano Rajoy a facilitar su investidura

Pedro Sánchez y Susana Díaz, tras un mitin en Sevilla. / EFE EFE

Madrid

La negociación para la investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta de Andalucía, la primera comunidad autónoma en la que los socialistas han ganado las elecciones en minoría tras el ciclo de derrotas que comenzó en 2011, se ha realizado sin la participación directa de la dirección federal del PSOE.

“Somos un partido federal y la negociación es andaluza”, argumenta Ferraz para revestir de normalidad el papel que han tenido este proceso: han compartido, dicen desde la Ejecutiva federal socialista, “información y estrategia”, aunque desde Madrid no se han hecho gestiones.

La interlocución de estos días ha sido a nivel de secretarios de Organización, siempre telefónica, entre César Luena y el andaluz Juan Cornejo. Durante la cuarentena de la negociación, Ferraz ha mantenido un perfil deliberadamente bajo. A Pedro Sánchez sólo se le ha oído reclamar a los partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, que demuestren su utilidad facilitando la gobernabilidad en Andalucía, pero han sido más polémicas las referencias al PP que se ha hecho desde la dirección federal. El "con todos menos con el PP" del número dos de Pedro Sánchez fue recibido con enojo en Andalucía. César Luena verbalizó el veto al PP justo cuando Susana Díaz retaba a Mariano Rajoy a tomar partido y ordenar a los suyos una abstención que demuestre que la suya es una fuerza política que garantiza la estabilidad.

En el PSOE andaluz algunos han criticado la “inorportunidad” de las declaraciones de Cesar Luena, hay quienes confirman que Ferraz “no ha ayudado nada” y los hay que, directamente, observan una determinación clara del entorno de Sánchez de debilitar a Susana Díaz gracias a las circunstancias que ha planteado a la complicada investidura. Cuanto más tiempo esté enredada la negociación, más margen tiene Sánchez para ganar terreno interno. Es verdad que Díaz se ha autodescartado de la carrera de las primarias en el PSOE pero también lo es que su poder territorial es más sólido: sigue siendo su principal rival en los movimientos internos en partido. Mientras Díaz y los suyos han estado tejiendo la red que sostenga su investidura como presidenta, Pedro Sánchez ha emprendido una gira electoral por toda España y sin descanso hasta el cierre de la campaña de las municipales y autonómicas. “Se está ganando a los militantes uno a uno; habla con todos”, cuenta un barón convertido al pedrismo.

¿Será éste el modo de proceder de Ferraz en las negociaciones que vienen? Todo apunta a que serán diálogos muy diferentes porque, por ahora, las encuestas no dibujan un panorama político que reproduzca las circunstancias del PSOE de Andalucía fue la primera fuerza política con 14 diputados más que la segunda. Sí que hay un factor que se mantiene estable: las elecciones generales siguen estando pendientes y cualquier acuerdo entre siglas tiene una lectura en clave nacional que condiciona a los partidos.

La dirección federal, no obstante, garantiza que dejará hacer siempre desde la base de la confianza en que ninguna federación alcanzará acuerdo contranatura o que no respeten los programas. “Lo importante es qué pactamos, no con quién”, repiten en Ferraz. En materia de pactos, la última palabra en el PSOE la tiene el comité federal, que es el máximo órgano de decisión entre congresos.

La retirada de Chaves como detonante

Hay un episodio que ha sido clave para suavizar las posiciones de Podemos y Ciudadanos en el que sí que tuvo una función desencadenante la actuación de Ferraz. Se trata del anuncio por parte de Manuel Chaves de su intención de no repetir en las listas al Congreso en la próxima legislatura. Una vez que José Antonio Griñán optó por anunciar su retirada de la política (su continuidad dependía de una renovación como senador elegido por el Parlamento andaluz que se antojaba muy difícil tras su imputación por el Tribunal Supremo), la siguiente pieza que había que mover en el tablero era Manuel Chaves, diputado en el Congreso y, por tanto, competencia federal. Así se ha encargado de hacerlo saber la cúpula andaluza que se cuida mucho de sus bases le atribuyan el agravio a quien fue líder de los socialistas andaluces durante casi dos décadas. Chaves ya había comunicado a las cúpulas socialistas su decisión de no repetir en las listas. Quería manejar los tiempos, pero que se vio sorprendido por unas declaraciones en los pasillos del Congreso en las que César Luena adelantaba sus intenciones. El anuncio de su retirada de la política se produjo al día siguiente. En Ferraz, aseguran algunas fuentes, querían mostrar que tienen las riendas del partido en situaciones embarazosas como la imputación de un peso pesado del partido.

 
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