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ELECCIONES EN REINO UNIDO

Nadie sabe lo que diran los británicos

Los ciudadanos saben lo que se juegan, por eso se espera una participación alta, que podría incluso superar el 65.1% registrado en el 2010

El primer ministro británico, David Cameron. / STR MAG (EFE)

Londres

Desde las 7 de la mañana y hasta las 10 de la noche (hora de Inglaterra), los británicos acuden este jueves a las urnas para elegir los 650 escaños de la Cámara de los Comunes. Lo hacen cada cinco años, pero está vez las circunstancias son muy diferentes.

Por primera vez el voto se va a fragmentar. Las pequeñas formaciones, como el Partido Nacional Escocés (SNP), el Partido para la Independencia del Reino Unido (UKIP) o los Verdes, pueden influir en un resultado, absolutamente impredecible. Hasta ahora, conservadores y laboristas se han venido alternando en el poder durante décadas en el Reino Unido. El sistema electoral mayoritario a una vuelta, que da ganador a quien más votos logre en cada circunscripción, favorece a los grandes partidos. Pero las fidelidades a los políticos ya no existen. Se ha abierto una nueva época.

Después de cinco semanas, la campaña electoral ha concluido como empezó. Conservadores y laboristas van la par en los sondeos, estancados entre el 33 y el 34% de intenciones de voto. Ni David Cameron ni Ed Miliband obtendrán la mayoría absoluta de 326 escaños que necesitan para gobernar en solitario. Se espera que los tories obtengan más votos y más escaños, pero eso no garantiza que vayan a gobernar.

El viernes comenzará la batalla para formar un gobierno minoritario o una coalición. Se abrirá un periodo de negociaciones, para discutir pactos y alianzas. Pueden pasar varios días o incluso semanas, antes de que se conozca si el primer ministro es Cameron o Miliband. Los liberal demócratas de Nick Clegg, que formaron coalición con los conservadores en el 2010 con los tories, podría perder la mitad de sus 56 diputados. Eso quizás impida repetir un acuerdo con Cameron, que quizás mire hacia el UKIP de Farage y los unionistas de Irlanda del Norte. Clegg también podría negociar con Miliband. Es al parecer lo que desean los sindicatos. Pero la clave está en Escocia, hasta ahora feudo laborista, que puede pasar a manos del Partido Nacional Escocés. El SNP va a hacer historia arrebatándoles la inmensa mayoría de los 41 escaños que poseen. Los nacionalistas pueden pasar de seis diputados a 50 y convertirse en al tercera fuerza política británica.

Los ciudadanos saben lo que se juegan, por eso se espera una participación alta, que podría incluso superar el 65,1% registrado en el 2010. En total tienen 3.900 candidatos donde elegir.

 
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