Fernando Alonso, el samurai paciente
El piloto ha asumido con una naturalidad impensable el bajo rendimiento del coche y cree que la paciencia es la única vía para obtener su tercer título mundial
A nadie se le escapa que el ambicioso proyecto McLaren-Honda ha nacido con severos problemas de salud y, de momento, no está preparado para salir de la incubadora. Las optimistas previsiones del principio han desembocado en una triste resignación con la paciencia como única esperanza de futuro.
Durante su brillante historia como escudería de Fórmula 1, McLaren jamás había estado cinco carreras sin puntuar con ninguno de sus dos pilotos. La losa con la que cargan es pesada y no será fácil deshacerse de ella. Llevará tiempo y es posible que el saco de las desilusiones llegue a rebosar. La unión con Honda, tan exitosa en su última relación, está encontrando más escollos de los previstos, empezando por la diferente cultura de trabajo de anglosajones y japoneses (a veces irritantemente lentos por sus infinitas comprobaciones).
Lo lógico habría sido que una situación tan caótica y deprimente hubiera chocado con el carácter ferozmente ganador de Alonso, pero, de manera sorprendente, no ha sido así. Su entorno más próximo está asombrado por la forma en la que Fernando ha asumido, con increíble naturalidad, que se ha embarcado en una aventura a largo plazo en la que las prisas no tienen cabida.
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En vez de agitar las aguas por el depresivo rendimiento del coche, Alonso ha adoptado el papel de bombero apagafuegos (como el de Button tras decir en Barcelona que no cree que puedan puntuar en todo el año). Últimamente su twitter está plagado de frases reflexivas del tipo “las cosas sólo tienen el valor que les damos”, “pensar es fácil pero actuar es difícil y actuar como uno piensa es lo más difícil” o “la felicidad es interior, no exterior y no depende de lo que tenemos sino de lo que somos”. El samurai asturiano ha aparcado su espíritu guerrero a la espera de tiempos mejores y afronta la tormenta con paciencia y una sonrisa.
De todas formas, en su cabeza hay una idea fija: conseguir un tercer título antes de retirarse. No lograrlo sería una gran decepción para él. Y esa tarea está centrado. El abatimiento que está calando en la afición por el pobre papel de McLaren y Honda no le afecta. Él sigue convencido de que ha elegido el lugar correcto para volver a ser campeón.